El año pasado la flota de vehículos de renting aumentó un 8,68% en España, en el que termina, las cifras confirman la tendencia al alza de esta modalidad. La razón es obvia, el renting se ha vuelto muy competitivo y sus precios benefician al usuario frente a la compra.
Si un cliente adquiere un coche mediante compra convencional, tendrá que abonar su valor íntegro en el momento de la compra y financiarlo en consecuencia. Los clientes de renting pagan por el vehículo que utilizan y únicamente durante el tiempo necesario.
El renting ofrece un amplio abanico de ventajas económicas que lo convierten en la apuesta más solvente para el cliente: los servicios incluidos de mantenimiento, seguro, cambios de neumáticos y gestión de la documentación permiten reducir los gastos derivados de la movilidad. Además, la compañía de renting asume el riesgo derivado de la venta del vehículo, por lo que elimina la carga del cliente de responsabilizarse de la venta.
Aquí no terminan sus ventajas, en el renting además no existe entrada inicial ni se deben abonar, por parte del cliente, ni las tasas ni otros gastos e impuestos de la matriculación, puesto que corren a cargo de la compañía de renting.
Si analizamos a lo largo de cuatro años el desembolso realizado en ambas opciones, el cliente que ha adquirido su vehículo mediante renting gasta menos dinero que el que lo ha realizado a través de la compra en propiedad. Sin duda, la primera opción es más ventajosa, no sólo económicamente, sino que el mantenimiento y las gestiones son más sencillos, puesto que es la compañía que alquila el vehículo la que se encarga de toda gestión. Interesante ¿verdad? ¡Pues descubre las increíbles ofertas que MQC Renting te ofrece este mes!: