El de hoy ante Australia no solo supondrá un partido triste porque será el último que juegue España en un Mundial de Brasil que comenzó como una de las favoritas al título, sino también porque supone la despedida de algunos jugadores que han brillado en esta generación de La Roja, la mejor de su historia, entre ellos la de Xavi Hernández.
El centrocampista de 34 años comenzó su andadura con La Roja en noviembre del año 2000 frente a Holanda, curiosamente la selección que ha marcado su inicio y su fin con los colores de España, ya que no participó en el partido frente a Chile y tampoco lo hará esta tarde en Curitiba frente a los ‘soceroos’ por problemas físicos.
Una triste forma de despedir su dilatada trayectoria con la camiseta roja. Catorce años en los que ha sido la batuta del tiki-taca, el estilo que ha dado los mayores éxitos de la historia a la Selección Española levantando dos Eurocopas seguidas (la de 2008 en Austria y Suiza y la de 2012 en Polonia y Ucrania) y alcanzando el culmen con la inolvidable victoria del Mundial de Sudáfrica en 2010.
133 partidos siendo el líder del vestuario de España junto con sus amigos Casillas y Puyol que llegan a su fin sabiendo que la decisión de marcharse del Barcelona para jugar en Qatar, algo que ha confesado a su círculo íntimo de amistades y que no tardará en hacerse oficial, le alejará del fútbol de élite.
Allí, en el país del Golfo Pérsico, el condecorado mediocentro disfrutará de sus últimos años de fútbol y seguirá como un aficionado más las actuaciones de La Roja, ese equipo del que ha sido el mando de su juego durante tanto tiempo. Por ello, por hacernos disfrutar y ganar como nunca, solo nos queda añadir una cosa: gracias Xavi.