El avión es el transporte elegido por la mayoría de los españoles. Las principales empresas aéreas están reforzando sus vuelos. Hasta las 18:20, dos horas y media antes de que de comienzo la final, está previsto que el aeropuerto de Viena reciba 21 vuelos desde Madrid y otros nueve desde Barcelona.
Mientras, los alemanes, que están más cerca, están llegando, principalmente, por carretera o tren, por lo que se estima que sean casi el triple que la afición española.
Los hinchas de ambos equipos apoyarán animados a sus jugadores, y por si acaso las pasiones se desatan demasiado, los cuerpos de seguridad han aumentado con dispositivos de refuerzo.
Más de 2.500 policías adicionales velarán por la seguridad ciudadana, junto a las patrullas habituales. Además, quince agentes germanos de paisano, conocedores de la hinchada futbolística y otros cinco españoles, además de otros diez alemanes uniformados y otros cuatro españoles de la Policía Nacional rondarán la zona del partido.
El presidente de la Policía de Viena, Gerhard Pörstl precisó que no se esperan altercados excesivos y que a partir del lunes, las autoridades harán balance de la competición.
Además, para sofocos (se prevén de 26 a 30 grados) y desmayos, 850 miembros del personal sanitario y 60 médicos estarán de servicio como medida preventiva. A su vez, los bomberos estarán preparados para lanzar manguerazos a todos los acalorados. PGD
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