Sin duda, será un año en el que al español le tocará sufrir. Y comenzará a hacerlo en Albert Park, un circuito en el que las carreras se desarrollan de manera diferente. Sus múltiples variantes exigen un trabajo de desgaste impresionante de los frenos, que este año se multiplica por la ausencia del control de tracción. Además, históricamente siempre ha favorecido a los Ferrari.
RenaultR-28Alonso'flechas rojas'McLarenBMWRed BullToyotaWilliams
Por eso, el objetivo del español para la primera prueba de la temporada no es ganar. Ni siquiera subir al podio, aunque a nadie le amargue un dulce. La meta es exprimir al máximo el coche para continuar con su evolución y lograr la máxima cantidad de puntos posible para tener oportunidades de estar arriba cuando lleguen las mejoras en las carreras de Europa.
También se vivirán apasionantes duelos entre los equipos 'pequeños'. Super Aguri, duda hasta el último momento por sus problemas económicos, estará en la parrilla. En frente tendrá a Force India, la recién nacida del mundial, que apuesta por la veteranía de Fisichella para crecer en su primer año. También estará Honda, que apuesta otra vez por Button y Barrichello para recuperar el tiempo y los laureles perdidos. Pero la más fuerte del grupo de atrás es Toro Rosso, que apuesta por el descaro y la juventud de Vettel y Bourdais.
El Gran Premio de Australia servirá, por tanto, para ver cómo responden los pilotos a las nuevas normas, sobre todo a las electrónicas, y también para comprobar cuántas escuderías están preparadas para entrar de verdad en la lucha. Y sobre todo, para hacerse una primera idea de cómo será el camino de Alonso hacia el tricampeonato.