Los que crean que la naturaleza es contemplación y belleza pueden mirar aquí esta visión salvaje de la vida animal. Estas urracas no le temen a sus depredadores y los acosan sin piedad.
Tanto le picotean la cola a uno de los gatos que este la mira indeciso sin saber que pensar de estos pájaros que parecen haber perdido la cabeza.
A la pelea llega un nuevo minino, negro, agresivo con caras de pocos amigos y...comienza la reyerta. Entre ambos gatos hay llaves de lucha grecorromana, puñetazos, digo, zarpazos, revolcones.
Todo, mientras los pájaros se mantienen a la expectativa, dando golpes bajos con sus picos afilados, en un círculo que más parece una riña de bar que una escena de la naturaleza.
Al final, los gatos salen huyendo, seguidos por el par de pajarracos que vuelan sobre ellos, quién sabe si con esperanzas de continuar. Los pájaros disparándole al cazador.