Estados Unidos llegó a la Copa Confederaciones como uno de los rivales con menos peso junto con Irak y Nueva Zelanda. Todas las quinielas la colocaban entre las selecciones eliminadas en la primera fase. El primer partido ante Italia no hizo más que aumentar las apuestas en su contra.
A pesar de adelantarse gracias al penalti de Donovan, los de Bob Bradley dejaron una imagen pobre, de selección menor, como la Major League Soccer (por más que se empeñen en dar el salto fichando a estrellas en la cuesta debajo de sus carreras). A pesar de que jugaban contra una de las peores selecciones italianas de los últimos años, los 'yankees' regalaron el balón, además de tres cuartos de campo, tras marcar. Rossi y De Rossi se cobraron el castigo.
En el segundo encuentro ante Brasil, la imagen no mejoró. Kakà, Robinho, Luis Fabiano y compañía retrataron la debilidad defensiva del combinado de las barras y estrellas y la inocencia en ataque. Sirva como ejemplo el error garrafal de DaMarcus Beasley tras un córner que propició el contragolpe de la 'canarinha' que acabó en el gol de Robinho.
En el último partido de la primera fase protagonizaron una reacción que nadie esperaba. Egipto no fue Egipto y EEUU no fue EEUU. Ante los 'faraones' funcionó el contragolpe y funcionaron Donovan y Bradley, en quienes los 'yankees' basan su juego. Además, surgió la refrescante figura de Clint Dempsey en el gol decisivo, que se ha destapado como un jugador más que aceptable.
No tienen nada que perder y saben que el mundo entero los verá, porque juegan contra los mejores. Por eso saldrán a darlo todo ante España.
Sus mejores hombres
Landon Donovan:
El jugador más mediático que ha dado el fútbol estadounidense en toda su historia está tocado con la varita mágica de los elegidos. Derrocha talento, posee gran movilidad y visión de juego y por sus botas pasan casi todas las jugadas de ataque de los 'yankees'. A pesar de sus fallidas experiencias europeas (Bayer Leverkusen y Bayern Munich), cuando juega con y en su país saca a relucir toda su clase. Es el máximo goleador de la historia de su selección.
Michael Bradley:
Es el hijo del seleccionador, pero no es titular por enchufe, si no por su toque y su templanza cuando maneja los tiempos en el centro del campo. Es el Xavi de la selección estadounidense. Se ha hecho con un hueco tanto en el Borussia Moengchegladbach como en el combinado nacional. Para su padre es imprescindible. Tiene 21 años y si sigue progresando al amparo del fútbol europeo, será uno de los grandes.
Clint Dempsey:
La gran sorpresa de EEUU en esta Copa Confederaciones. Aunque es un fijo en las convocatorias con su selección, ha sido en Sudáfrica donde se ha destapado como un delantero incansable, que presiona, presiona y presiona durante todo el partido. Pero además, cuenta con regate y técnica. La suerte del gol no le ha sonreído hasta el choque contra Egipto, donde anotó el gol decisivo, que metía a los suyos en semifinales.
JNP
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