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"Hay un enorme interés en este partido y ofrece a Zimbabwe la oportunidad de mostrarse bajo una luz positiva", dijo a la prensa oficial el ministro de Deportes, David Coltart. El martes por la noche se habían vendido el 75% de las entradas, según datos oficiales, y se espera que se agote el papel antes del inicio del choque.
La presencia de Brasil, que le costará a Zimbabwe 1,8 millones de dólares, está siendo una gran plataforma publicitaria para el país africano, que espera mejorar su imagen y atraer así a decenas de miles de turistas después de una década de inestabilidad económica.
La selección brasileña aterrizó ayer por la noche en Harare, donde fue recibida por varios ministros, un puñado de jugadores de la selección de Zimbabwe y docenas de aficionados que querían ver en vivo a unos jugadores que difícilmente volverán a pasar por aquí.
Los aficionados ovacionaron el momento en que Robinho y el capitán de Zimbabwe, Benjano Mwaruwari, ex compañeros en el Manchester City, se fundieron en un abrazo: "Nos tomamos este partido muy en serio, los muchachos estaban trabajando realmente duro (en el entrenamiento) y esperamos conseguir una victoria".
Zimbabwe está clasificada en el puesto número 110 del ránking FIFA y en sus últimos partidos derrotó por 2-1 a Malawi, en un amistoso jugado en Harare el pasado marzo, cayó por 3-0 en su visita a Sudáfrica y por 6-0 contra Siria, ambos jugados en enero.
JNP