Modificaciones extremas

CARLOS ROLDÁN 22/04/2008 10:06

Asegura que le gustan mucho más que los tatuajes puesto que, al ser cicatrices, están "vivas" y cambian de color y tamaño. La búsqueda de nuevos placeres le ha llevado también a practicar la suspensión corporal: unos ganchos atraviesan su piel y queda suspendida en el aire llegando incluso a balancearse.

Mateo es un italiano que también defiende las modificaciones extremas. Ha dilatado sus pezones, ha escarificado partes de su piel y ha dividido su lengua en dos. Esto último, quizás lo más radical, le permite tener dos músculos independientes en su lengua bífida.

Cambios que no se ofertan en los estudios de tatuajes y que se realizan con material quirúrgico como bisturí. Algo que, en principio, sólo es terreno de médicos y enfermeros por los posibles riesgos para la salud que conlleva. Además, Sanidad no regula este tipo de intervenciones puesto que se limita a adornos corporales como tatuajes y pendientes.

Ellos, defienden una legislación que regule este tipo de intervenciones. Mientras tanto, se practica en círculos cerrados como algunas tiendas o casas de amigos.

Una práctica difícil de entender, aunque ellos lo tienen muy claro: "Todo, desde un corte de pelo hasta una operación de aumento de pechos, es una modificación corporal. Aquí no se obliga a nadie. Es voluntario y cada uno puede hacer lo que quiera con su propio cuerpo".