Primera parada: Bangkok

REBECA SAN CRISTÓBAL OREA 19/09/2009 00:00

Cuando al fin aterrizamos en la capital tailandesa nos sometieron a un detector de temperatura (la gripe A está haciendo de las suyas) y a la correspondiente revisión del pasaporte y de la documentación que te hacen rellenar durante el vuelo.

Una vez pasados todos los trámites nos hicimos con la maleta (hay que reconocer que en estas cosas, se dan mucha prisa) sin apenas esperar. Como únicamente teníamos dólares nos fuimos a la primera oficina de cambio que vimos para tener moneda local: los baths.

Si el cambio de euros a dólares nos favorece, ni qué decir que a baths nos viene hasta mejor. Para que os hagáis una idea, por cada euro os tienen que dar 50 baths.

El aeropuerto, reformado hace apenas tres años, está un tanto alejado del centro por lo que conviene hacerse con un taxi. Existe, por supuesto, la alternativa, más económica de viajar en transporte público. Habiendo probado ambas, recomiendo la primera.

Cuando se deja de pensar en euros...

Comer y dormir en este país es muy barato. Tranquilamente puedes pasar el día con 15 euros (contando con la habitación de hotel y las comidas) Pero llega un momento, al poco de llegar de hecho, en el que pasas de tener esto en cuenta y tratas de regatear por todo (algo con lo que ellos ya cuentan)

Es cierto que se puede llegar hasta Khaosan (el centro y lugar recomendable para buscarse el hotel) a través de varios autobuses y del Sky Tren.Pero cuando uno llega de pasarse quince horas volando lo que menos apetece es estar esperando y haciendo trasbordos cargando con una maleta (llevar más es del todo innecesario) Por unos 500 baths, es decir, por 10 euros, un taxista contratado en el mismo aeropuerto te dejará en la puerta del hotel.

Comienza la verdadera aventura

Y, a partir de aquí cada debe organizarse el tiempo que vaya a pasar en Bangkok para no perderse los lugares más interesantes.

Con tres, cuatro días, será suficiente para ver todo aquello de lo que nos hablan las guías (y alguna que otra cosa más), aunque el que quiera seguir contemplando templos bien puede pasarse allí un par de semanas.

Las agencias de viajes

Lo que hay que llevarse preparado de casa es lo que uno quiere visitar, los billetes de ida y vuelta y la primera noche de hotel. Todo lo demás, es preferible contratarlo allí porque resulta más barato.

Para moverse por la ciudad resultan de lo más útiles (se mueven entre los coches con gran soltura, lo que evita verse atrapado en los innumerables atascos) y baratos los conocidos como 'tuk-tuk'.

En uno de ellos fuimos hasta una agencia de viajes donde pudimos contratar el resto del viaje que queríamos hacer en Tailandia. En estos sitios hablan bastante bien inglés, con lo que te puedes hacer entender. Pero no hay que olvidar que también hay que regatear.

El negocio-tapadera de los 'tuk-tuk'

Pronto descubrimos la cara oculta de los 'tuk-tuk'. Y es que lo que en un principio funcionó únicamente como medio de transporte ha derivado, con el turismo masivo, en un negocio tapadera.

El 'tuk-tuk' os puede resultar hasta gratis (como leéis), siempre y cuando estés dispuestos a visitar las tiendas con los que ellos tienen contratos y por las que se llevan un tanto por ciento por acercar a turistas.

Suelen ser tiendas de ropa (en las que te ofrecen hacerte trajes a medida) y de joyas (donde puedes ver incluso como trabajan las piedras). No hace falta que compres nada, pero interrumpe un tanto tu viaje.

Coincidió que el primer 'tuk-tuk' que contratamos tenía negocio con la agencia a la que nos llevó, por lo que el trayecto durante ese día y el venidero nos salió completamente gratis.