Según el estudio, la grasa que se acumula en los muslos, en las caderas y sobre todo en el trasero, contiene un agente anti-inflamatorio que impide que las arterias se obstruyan.
Tener poca acumulación de grasa en las caderas puede conllevar problemas de salud graves, como el síndrome de Cushing. Lo mismo ocurre si la grasa se concentra en zonas como el estómago.
Para el doctor Konstantinos Manolopoulos, jefe de la investigación, "dónde se concentra la grasa es lo que importa. En las caderas y los muslos es bueno, alrededor del estómago es malo".
"Grasa en los muslos y una barriga plana es lo ideal. Desafortunadamente, no se consigue lo uno sin lo otro", concluye.
Por eso, la investigación va más allá y busca que, en el futuro, se pueda redistribuir la grasa del resto del cuerpo, redireccionándola hacia las caderas, para proteger al organismo contra enfermedades cardiovasculares y de metabolismo, como es el caso de la diabetes.
JNP