20 años borrando arrugas

MAY GAÑÁN 05/03/2010 17:22

Pese a haberse vuelto muy discutido para quienes critican que con las arrugas el bótox también borra la expresión, al año son millones los tratamientos que se siguen aplicando en todo el mundo. Parte de su éxito radica en que no es un método de rejuvenecimiento invasivo y no tiene posoperatorio.

En 15 minutos de intervención el paciente puede salir de la clínica y volver al trabajo, ya que no deja señales.

Sólo en España, el año pasado se aplicaron 80.000 tratamientos. Y poco a poco, crece el número de hombres que lo solicitan.

Nos acercamos a la clínica de Jorge Planas en Madrid. Allí asistimos a la primera sesión de un actor de 40 años y a la consulta periódica de una mujer de 39 que lleva varios años inyectándose bótox a razón de dos sesiones por año. Para ambos en su trabajo es muy importante la imagen. El se dedica a la interpretación y ella es la directora de una empresa organizadora de eventos.

En el caso de Ana Cecilia, la incorporación del bótox en su vida se ha convertido en algo natural como cualquier otra de las actividades que hace para mantenerse joven. Va al gimnasio tres veces por semana, cuida la alimentación y además de ponerse bótox se hace tratamientos integrales para rejuvenecer y tonificar la piel de su rostro. Asegura no saber cuánto se gasta por sesión, porque, como clienta frecuente que es, disfruta de bonos y descuentos anuales. Tiene dos hijos adolescentes y reconoce que la mujer recibe mucha presión social para estar perfecta. Y que es precisamente esa presión la que genera esta necesidad de verse tan bien como el entorno espera.

El cirujano Jorge Planas, admite que hay personas que buscan resultados inmediatos y que en esa voracidad por verse cada día más joven, hay quien se pasa. En esos casos, el médico siempre es el que debe poner freno a los pacientes. Los cirujanos están sujetos a un fuerte protocolo que delimita claramente las dosis de bótox que debe administrarse en cada caso.

En estos 20 años si algo ha cambiado en su aplicación es la obsesión por conseguir resultados cada vez más naturales. Algo que se ha vuelto tan importante, como la propia eliminación de arrugas.