Las poblaciones de orcas dispersas por numerosas partes del mundo - incluyendo Nueva Zelandia, Papua Nueva Guinea y las Islas Farallón, frente a la costa oeste de EEUU- han creado diversas estrategias para enfrentarse a los tiburones.
Para no perder la vida en el ataque ni sufrir heridas graves, las orcas pasan años perfeccionando las diferentes técnicas y observando a los adultos más experimentados que les enseñan cómo hacerlo, según asegura la experta Ingrid Visser, que ha estudiado a estos mamíferos durante 17 años.
"La estrategia más impresionante es el "golpe de karate ", que la orca asesta con la cola. Antes impulsa al tiburón hacia la superficie, sin tocarlo, crea un torbellino donde lo golpea con la parte superior de la cola".
La también llamada ballena asesina, voltea al tiburón dejándolo de revés, medio aturdido.
Esta técnica -según Visser- sugiere que conocen la fisiología de sus voraces presas- porque cuando los tiburones son volteados entran en un estado de parálisis, denominado "inmovilidad tónica", que los convierte en comida fácil.
Al menos dos especies de tiburón, de las nueve que existen forman ya parte del menú de las orcas. Las imágenes lo atestiguan.