El deterioro de las gomas con la pista tan caliente puede ser clave para el desarrollo de la carrera. Además hay que tener en cuenta que el asfalto alcanza más temperatura todavía. El año pasado se disputó la carrera con 21 grados. Se fue a dos paradas.
Este año todo puede cambiar y las escuderías pueden apostar por una estrategia a tres paradas. Además, hay que tener en cuenta el cambio de reglamento. Al no poder repostar después de la Q3, los equipos deberán adelantar su primera parada, que se realizará previsiblemente en la vuelta 10. Al pasar tres veces por boxes, en la primera se cargaría menos combustible y los neumáticos se desgastarían menos. Esto obligaría a realizar la segunda entre las vueltas 25 y 28, y la tercera entre la 40 y la 45, aunque todo dependerá de cómo se desarrolle la carrera.
Ya se ha visto en los libres que los Ferrari son los que mejor provecho sacan de Melbourne. Son años de experiencia con los Bridgestone y su mecánica este año se adapta como un guante a los circuitos exigentes. Sin duda, es el mejor monoplaza de la parrilla en estos momentos.
Otro aspecto que preocupa y mucho es cómo reaccionarán los motores y las cajas de cambios con los 50 grados que puede haber en el asfalto de Albert Park. La mayoría de las escuderías usarán las carrocerías de Malasia, con más aberturas para facilitar una mayor ventilación. Esto es una ventaja, pero también un riesgo, pues la aerodinámica puede verse afectada por el paso excesivo del viento y los monoplazas pueden perder velocidad.