La final de consolación es, valga la redundancia, poco consuelo para un grupo que llegaba a Sudáfrica como favorito absoluto, después de dos años y medio sin perder y uno ocupando el primer puesto del ranking de selecciones de la FIFA.
Hoy hace justo 365 días que España se proclamó campeona de Europa en Viena, después de mostrar al mundo un juego ilusionante, fresco y de toque, que siempre ha caracterizado al fútbol de nuestro país pero que nunca había terminado de explotar en el combinado nacional. El 29 de junio de 2008 era domingo. Toda España estaba pendiente de la televisión, ilusionada por primera vez en muchos años, con la selección. La final, ante Alemania, se resolvió con un gol de Torres, a pase de Xavi. Un tanto que hizo historia y que proclamó a 'la Roja' campeona de Europa 44 años después.
Ha sido un año de felicidad, que se ha emborronado ligeramente después del papel desempeñado en la Copa Confederaciones. Quizá haya sido hasta normal, pues Del Bosque llegó justo después de la victoria en la Eurocopa y durante estos doce meses se ha dedicado a probar jugadores y a adaptar el juego de la selección a su concepción del fútbol. El salmantino ha cambiado en varias ocasiones ese centro del campo de toque y fantasía de los Xavi, Iniesta o Cesc, por los extremos, a los que renunció Luis en su etapa como seleccionador: Capel, Riera, Pablo Hernández o Mata se han ido sumando a 'La Roja' en estos meses. Este cambio ha sido el que más les ha costado asimilar a los jugadores, acostumbrados a llegar al gol por medio del 'tócala otra vez'.
Pero, como dijo Del Bosque tras la victoria ante Sudáfrica, esta selección se lleva una sensación postiva: ha recuperado la capacidad de sufrimiento, ha aprendido (o reaprendido) a "superar las derrotas". Una lección que será sin duda importante de cara al próximo objetivo: el Mundial.
Cansados y con ganas de desconectar
Recibidos por el griterío de más de un centenar de seguidores, que peleaban el sitio con los periodistas para poder hacerles fotos, los jugadores de la selección española han llegado este mediodía al aeropuerto de Madrid-Barajas "cansados", con "ganas de desconectar", y algunos sin muchas ganas de hablar.
No ha sido este el caso de Santi Cazorla, que ha declarado que podían haber quedado primeros; ni de Silva, que ha asegurado que el estado anímico de la selección es bueno; ni tampoco de Iker Casillas, que preguntado sobre lo que espera de las incorporaciones de Kaká y Cristiano Ronaldo, ha afirmado que espera que el Real Madrid pueda ganar muchos títulos. También ha indicado que espera que ambos jugadores puedan aportar la calidad que tienen al equipo y que se pueda ver a un Real Madrid diferente, y con ganas de ganar títulos: "Ellos dos sumados a todos los jugadores de la plantilla, seguramente va a ser un gran equipo".
En opinión de Silva, la Copa Confederaciones ha sido un torneo "difícil", en el que al final "hemos quedado en el tercer puesto y estamos contentos". Sin embargo Cazorla esperaba ganar:"podíamos haber quedado primeros, pero bueno".
JNP