Utilizaba sus amplios conocimientos de informática para acceder a los ordenadores personales de miles de víctimas.
Un tribunal de Reino Unido ha condenado a Matthew Anderson, un ciudadano británico de 33 años, tras haberle considerado culpable de vulnerar los datos, documentos y fotografías de cientos de personas.
Según informan algunos medios como 'The Guardian', Anderson pertenecía a una red internacional que infectaba los ordenadores a través de correo electrónico.
Así, estos hackers mandaban e-mails considerados spam en los que enviaban un virus que, una vez instalado en el ordenador, les permitía hacerse con el control de los PCs.
De esta manera, Anderson tuvo acceso a miles de documentos, datos personales y fotografías de sus víctimas e incluso les espiaba a través de sus webcams.
Entre los archivos confiscados, el hacker tenía imágenes de chicas con uniforme escolar, fotos de familias enteras o de bebés recién nacidos.
El juez que ha instruido el caso, Geoffrey Rivlin, ha asegurado que "en una época en la que los ordenadores juegan un papel importante en las vidas de tantas personas y empresas, un delito de esta naturaleza, inevitablemente, plantea una gran preocupación y consternación".
Por ello, ha sentenciado el magistrado, "una conducta de este tipo debe ser disuadida con una pena privativa de la libertad". EPF