Cinco volcanes que cambiaron y pueden cambiar (en breve) el clima terrestre

Marcos Fernández 25/01/2017 17:55

El volcán Tambora: la nube oscura de Indonesia

1816 pasó a la historia como el año sin verano. El volcán Tambora, en Indonesia, sorprendía al mundo occidental con una erupción tan violenta que fue capaz de modificar el patrón del clima en todo el planeta. Un hecho real que supera la ciencia ficción. En aquel momento, hace 200 años, el hemisferio norte se enfrió hasta el punto de privar del verano a los europeos. Las nevadas y las bajas temperaturas se prolongaron hasta el mes de junio y el calor y los cielos soleados no llegaron ni por asomo.

Como no hay mal que por bien no venga. De aquella época, inicios del Siglo XIX, datan grandes relatos inspirados en un momento de oscurantismo, como Frankestein de Mary Shelley o también algunas pinturas de Turner. En ambos casos, el repentino cambio climático no pasó desapercibido para aquellos artistas. De hecho, muchas de las pinturas de postales de capitales europeas nevadas que hoy conocemos datan de este momento del Siglo XIX.

Campi Flegrei está despertando: ojo a los 'campos ardientes'

200 años después esa pesadilla podría repetirse en suelo europeo. El despertar del mayor volcán del continente, el Campi Flegrei, podría emular una violenta erupción como la del volcán Tambora. De momento, ha pasado a una etapa de vigilancia activa y constante ante un riesgo inminente de erupción.

Ha sido la revista científica 'Nature Communications' la que ha revelado que se encuentra en una "fase crítica", algo que no ocurría desde 1538. Esta es la fecha de la última erupción de esta cadena formada por 25 potentes volcanes.

El volcán Pinatubo: gases y cenizas en Filipinas

Si el año 1816 te pilla muy lejos, seguramente que te sonará el Pinatubo en Filipinas. Este volcán situado en la isla de Luzón estalló en el año 1991. A consecuencia de su erupción, que no alcanzó la potencia del volcán Tambora ocasionó un descenso de la temperatura media global del planeta de 0,25 grados.

Como en procesos anteriores, las inmensas columnas de humo, gases y cenizas crean un fino velo que se concentran en la atmósfera e impide que los rayos del sol calienten como de costumbre la superficie del planeta.

Si la explosión es muy violenta, todo el material expulsado por el volcán supera la atmósfera hasta tocar la estratosfera. Una vez que llega a esta altura está asegurada una consecuencia directa en el clima porque toda la lluvia que cae sobre la Tierra lo hace por debajo de esta capa. Por tanto, este material volcánico no vuelve a la superficie terrestre.

El volcán Toba: tres años de veranos fríos

Es uno de los responsables del mayor cambio climático ocasionado por un desastre natural. Actualmente sabemos que su explosión hace más de 73.000 años hizo descender la temperatura media del planeta. Hasta cinco grados bajó en el hemisferio norte ayudando al avance de la glaciación en aquel momento.

Se calcula que sus efectos permanecieron durante dos o tres años impidiendo que los veranos caldearan algo el ambiente en latitudes polares y favoreciendo que el hielo campara por sus anchas en buena parte del hemisferio norte del planeta.

El volcán Toba, situado en Sumatra, al igual que el Tambora, incrementó sus efectos en el clima gracias a su ubicación, cerca de la línea del Ecuador. En general, todos los volcanes que desarrollan aquí su actividad son potencialmente más peligrosos para el clima porque desde el Ecuador el flujo de los vientos se mueve por los trópicos hasta llegar a los polos cubriendo todo el globo terrestre.

Yellowstone: tan esperado como la Falla de San Andrés

Es la gran bomba de relojería de las grandes cadenas de volcanes. Acumula tanta energía en su interior que es tan temido o más que el tan esperado terremoto de la falla de San Andrés. Casi todo el mundo conoce el Parque Nacional de Yellowstone en EEUU por las historias del oso Yogui o por sus impresionantes géiseres. Detrás de esto, los científicos hacen cábalas para determinar el peligro real de sus volcanes.

Los más agoreros creen que una gran explosión podría devastar sin contemplación EEUU, ya que Yellowstone contiene tanto magma en su interior que podría llenar 11 veces el Gran Cañón.

Sin embargo, nunca ha explotado gracias a su estructura interna, que impide la salida de todo este material convirtiendo este asesino natural en un espectáculo de la naturaleza. Junto a estos cinco, otros volcanes no solo han marcado nuestro clima sino también la historia. A la espera de lo que ocurra en un futuro inmediato, este episodio ya lo vivimos en los años 536 y 540 de la Edad Media en Europa. ¿Volverá a suceder 1.500 años después?

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