No son pocos los valientes (incautos o suicidas dirían algunos) que van a la caza de tornados. Una de las series documentales más famosas al respecto es “Los Cazatormentas” de Discovery Channel, que en 2013 perdió a sus intrépidos presentadores (Tim Samaras, 55 años, su hijo y fotógrafo Paul de 24 y el meteorólogo Carl Young de 45) tras ser engullidos por un tornado en Oklahoma.
En la ficción también se han contado historias alrededor de los tornados. La más famosa -además de la escena de 'El mago de Oz' (1939)- y ya considerada un clásico es Twister (1996) , que nos narra las aventuras de un grupo de caza tornados y, sin ser una sensación como la de los citados documentales reales, transmite bastante bien la adrenalina de salir en su búsqueda.
Como trama colateral, una 2ª oportunidad al amor, con Helen Hunt y Bill Paxton que, de querer firmar los papeles para el divorcio irán pasando a ver que nunca debieron separarse, tras reencontrarse en un oficio que es su vida. El film nos muestra tornados de diversas categorías y se centra en, como es habitual, la búsqueda de un F5. De hecho, su protagonista siente obsesión enfermiza por ellos, una mezcla de fascinación y terror a partes iguales, tras fallecer su padre a causa de uno de los tornados con más potencia.
En 2014, llegaba a nuestras pantallas En el ojo de la tormenta, una película de tintes similares a 'Twister''Twiste, aunque con un salto temporal importante. También tiene un grupo de caza tornados, aunque su plan es más banal que en la de 1996. Más que idear un sistema para conocerlos mejor y salvar vidas, pretenden grabar el documental definitivo sobre ellos, el que los haga ricos. Igualmente, tienen competencia desleal aunque, en este caso, sean un par de youtubers chalados y no unos “colegas” plagiadores. La mayor diferencia con la anterior es que no se centra en la caza, sino en los daños que causa una súper oleada de tornados en Silverton (Colorado) con una gala de fin de curso de por medio, amores adolescentes y alguna cosa más sin excesivo interés por culpa de sus insulsos personajes. Una curiosidad: en algunos cines dieron chubasqueros para su proyección mientras hacían soplar el viento y lanzaban agua en la sala.
Y de lanzar sigue la cosa, porque hay tornados que lanzan hasta tiburones que aterrorizan la ciudad. Pero no os asustéis, también pasa en una película: “Sharknado”, que de poder ser una del montón de las olvidadas de Serie B, se ha convertido en obra de culto, compartiendo ese efecto retroceso de los chistes malos, que acaban siendo con los que más te ríes y que más cuentas, a la larga.