Descartado el proyecto de cable de banda ancha trans-Pacífico

Reuters/EP 01/08/2012 10:29

Pacific Fibre, la empresa respaldada por tres hombres de negocios locales, puso en 2010 en marcha la empresa de fibra óptica con un valor de 400 millones de dólares (325,6 millones de euros), que une Nueva Zelanda, Australia y los Estados Unidos, con el objetivo de romper el dominio del cable de la empresa Southern Cross, cuya mitad es propiedad de la firma principal de telecomunicaciones del país Telecom.

"A pesar de que hemos conseguido el apoyo de algunos buenos inversores, no hemos sido capaces de encontrar el nivel de inversión requerido en Nueva Zelanda", aseguró el presidente Sam Morgan en un comunicado este miércoles, citando a los mercados de inversión difícil.

El operador de telefonía más grande de Nueva Zelanda, Vodafone, era un partidario inicial de los 13.000 kilómetros de cable submarino. El pasado abril, Pacific Fibre había dicho que esperaba que el cable se pondría en marcha a mediados de julio de 2014.

Pacific Fibre además aseguró que las empresas de Nueva Zelanda y los consumidores han estado pagando cinco veces más que los australianos para conectarse a redes de banda ancha de Estados Unidos y que un sistema de cable propio habría ayudado a reducir el coste.

El gobierno de Nueva Zelanda está gastando alrededor de 1.000 millones de dólares neozelandeses (988 millones de euros) durante los próximos tres años para establecer una red de alta velocidad a Internet a través de la mayor parte del país.