La crisis de incendios que ha sufrido el sur de California en la última semana ha sido a causa de una inusual arremetida de los llamados vientos de Santa Ana, usuales en diciembre.
Estos vientos son corrientes de aire que provienen del desierto y que van en dirección a la costa. El aire es muy seco y cuando azotan, comúnmente en verano, se dispara el riego por incendios. Sus rachas de viento han llegado a superar los 100 kilómetros por hora. La situación se ha visto agravada por la actual sequía que está viviendo el estado.
Por tanto, la vegetación está muy seca y es un incentivo para que el fuego avive sus llamas, y según los expertos, la situación puede continuar hasta Navidad.