¿Es seguro comprar en Internet?

Por Natalia Yáñez @nataliayanez_ y Antonio Gil @antoniogilgomez / Informativos Telecinco 11/05/2014 18:06

En 2013, el comercio electrónico en España facturó 13.000 millones de euros. Representa uno de los pocos sectores que está creciendo y generando empleo", explica Samuel Rodríguez, socio director de Ecommerce News. Estos datos sitúan a nuestro país en el cuarto puesto del ránking europeo por detrás, aunque a distancia, de Reino Unido, Alemania y Francia. La mitad de las compras están relacionadas con el turismo. Le sigue la moda, en alza, y todo lo que tiene que ver con el ocio. Cada vez compramos más entradas, por ejemplo, a golpe de ratón. Las ofertas y la rapidez en recibir los productos hacen que esta herramienta gane adeptos. Pero de momento, el perfil de los que más compran es éste: mujeres, de 35 a 45 años, de clase media-alta y con estudios.

El futuro de este tipo de negocios en España se ve con optimismo. El crecimiento anual supera el 18%, mientras que en el resto de Europa ronda el 10. "Y no vemos en el futuro próximo que vaya a modificarse esa tendencia", explica José Luis Zimmermann, director de la Asociación Española de la Economía Digital . La fórmula es así de natural: "Cada vez hay más gente que compra online y cada vez hay más empresas que ponen sus productos y servicios online". Pero hay que trabajar para mantener este ritmo ya que el contrapunto lo encontramos en la brecha digital que tenemos. "El 23% de la población española no tiene acceso a la banda ancha", denuncia Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas. "Precisamente, un segmento de la población que necesitaría mucho más estas herramientas, que son las zonas rurales". Sin acceso al ADSL, que además es el segundo más caro -y más lento- de Europa. Eso sí, el próximo mes entra en vigor una nueva normativa que hará que se puedan llevar a cabo más transacciones comerciales entre países y de forma segura... Porque aunque el fraude en Internet apenas llega al 5%, navegar tiene sus riesgos.

Primera lección. Internet es como la vida misma. Compramos en sitios de confianza en la calle. Pues igualmente, en la web. "Se trata de tener sentido común, el mismo que tenemos en la vida real, aplicarlo a Internet", nos comenta Elena García Díez, responsable de contenidos e investigación en ciberseguridad del Instituto Nacional de la Telecomunicación (INTECO) , que gestiona la Oficina de Seguridad del Internauta. "Tienes que pensar con quién vas a hacer negocios, a quién vas a comprar, qué pinta tiene". Segunda lección. No hace falta ser experto en ciberseguridad, pero sí fijarse en algunos detalles. Reconocer si estamos navegando en tráfico cifrado, que sea una dirección https, que se refleja, además, en la imagen de un candado. También comprobar que hay certificados de seguridad. El más importante en España –y de mayor volumen en Europa- es el de Confianza Online. Por supuesto, ayuda no hacer transacciones en wifis abiertas y mantener actualizado el antivirus. Y, tercera lección, evitar dar datos demasiado personales. "En la vida real no facilitas tu número PIN de la tarjeta ni la numeración de tu cuenta bancaria, pues en Internet es igual", cuenta Cristina San vicente, portavoz de la Policía Nacional. "En el momento en el que te pidan muchos detalles, hay que desconfiar". Y, por supuesto, llevar un control de las cuentas bancarias que utilizamos en las compras, para comprobar qué cargos se nos han efectuado.

Con esas prevenciones, operar en internet, mover nuestro dinero, es seguro. "Y en el caso de producirse incidencias, tenemos los sistemas para detectarlo de forma temprana y, además, las coberturas de seguros necesarias para que el banco garantice siempre a su cliente que sus operaciones son seguras". Nos lo detalla José Luis Abelleira, el director general de EVO Banco, entidad volcada en el mundo de Internet y en la telefonía. La mayoría de sus operaciones se hacen ya desde dispositivos móviles. Transacciones más seguras, aunque pueda parecer lo contrario. "Incluye ya un factor de seguridad dentro del propio chip del móvil. Eso permite que el nivel de protección sea muy elevado, sin que el usuario tenga que preocuparse de meter otros códigos que pueden hacer que la transacción no sea tan cómoda para el cliente". Y a las ya cada vez más extendidas tarjetas de crédito virtuales, pronto se le unirá la biometría: huellas, iris, forma de la cara... Algo mucho más complicado de copiar para que no nos estafen en Internet.