Diez cosas importantes que deberías saber sobre la basura espacial

Antonio Ayuso* 05/03/2016 08:00

1. ¿De verdad hay una capa de chatarra espacial girando alrededor?

No, no hay tal capa: hay muchas. La basura espacial aparece allá donde puede aparecer. ¿Hay mucha basura terrestre en el Sáhara? No, ¿verdad? ¿Y alrededor de las grandes ciudades? Mucha. Pues aquí igual: la basura aparece al pie de las grandes concentraciones de ingenios espaciales.

2. ¿Dónde se concentran los desperdicios?

Hay tres áreas, que coinciden con las órbitas más utilizadas. En torno a los 500 kilómetros de altura está la dedicada a la observación de la Tierra, que sirve para seguimiento de masa forestal, medidas científicas, etc. Luego, a unos 35.000 kilómetros de altura, está la órbita geoestacionaria para comunicaciones, que te permite, por ejemplo, hablar por el móvil. Y por último (y en menor medida), está la Molniya, una órbita que favorece las comunicaciones en la extinta unión soviética.

3. ¿Cuándo un satélite se convierte en basura?

La vida útil de un satélite finaliza cuando se acaba su combustible o sufre alguna avería. En el primero de los casos, el desuso se hace de forma programada, de forma que normalmente nos da tiempo a aparcarlo en una órbita en la que moleste poco o (en el caso de la órbita baja) podemos forzar su reentrada en la atmósfera de forma controlada. En el caso de la avería, sin embargo, se queda donde se usó la última vez, y casi siempre estorbando de mala manera.

4. ¿Sabemos qué hacer con esa basura?

En la órbita baja, se espera (o se fuerza) a que vuelva a entrar en la atmósfera, de modo que se queme por el calor generado por el rozamiento con el aire. Para los satélites geoestacionarios hay una órbita cementerio (graveyard), donde los depositamos de un fuerte empujón con sus últimas gotas de combustible. Para la Molniya, sin embargo, no hay solución alguna.

5. ¿Lo que cayó en Murcia qué es?

Una gran parte de la basura espacial proviene de los lanzadores que ponen en órbita los satélites. Estos lanzadores se van desmontando a medida que ascienden (sueltan peso muerto, se quedan con su parte útil). El último trozo suele ser tan grande que, aunque la atmósfera lo intente quemar en la reentrada, lo normal es que no lo consiga. Lo rompe, eso sí, pero no puede evitar que los trozos más pequeños te puedan asustar si vas paseando por una huerta murciana.

6. ¿Cuándo empezó a haber basura espacial?

Aunque hay basura espacial desde que los aparatos hechos por el hombre surcan el Espacio (el primero fue el Sputnik en 1957), la cosa se complicó mucho en el 2007 y aún más en el 2009. En la primera fecha, dos ingenieros chinos intentaron dar a un satélite en órbita baja con un cohete lanzado desde tierra… y lo consiguieron, con lo que el impacto generó cientos de pequeños trozos que a partir de entonces vuelan a miles de kilómetros por hora. La del 2009 también fue buena: si el 10 de Febrero de ese año ibas hablando por tu teléfono satelital Iridium y de repente se te cortó la comunicación, lo más probable es que el satélite que te estaba dando cobertura fuera el que se estampó a más de 42.000 km/hora con otro ingenio ruso de comunicaciones que llevaba algunos meses en desuso (apuntad otros miles de pequeños trozos dando vueltas a miles de kilómetros por hora).

7. ¿Es grave?

Sí. Puede ocurrir lo que dijo Donald J. Kessler (un ingeniero de la NASA) hace 25 años: que en cuanto haya dos o tres impactos, el efecto cascada (un choque genera miles de pedazos que a su vez generarán más impactos que a su vez generarán más miles de pedazos que a su vez…) dejará impracticable el espacio exterior. Si has visto Gravity, la peli de Alberto Cuarón, ya te habrás hecho una idea. De hecho, el efecto que ya tiene hasta nombre: Síndrome de Kessler.

8. ¿Hay basureros espaciales?

No hay quien suba allá arriba a recoger los cacharros que han dejado de funcionar. Al menos por el momento. Para retirar la basura espacial hace falta, primero, ser capaz de acercarse a una distancia lo suficientemente corta (a esta maniobra se le suele llamar 'rendezvous') como para que el 'camión espacial de la basura' tenga su objetivo a tiro. Esto ya se sabe hacer. Luego viene la etapa de 'captura': es decir, el camión pone en marcha sus herramientas para enganchar al satélite/basura. Esta operación es tan complicada que aún no la sabemos hacer, ya que hay que tener en cuenta que el satélite/basura puede estar, por ejemplo, girando furiosamente con respecto al cosmos circundante. La última operación es la de ‘aparcamiento’: en el caso de órbita baja, su reentrada en la atmósfera y posterior destrucción por las altas temperaturas; en el caso de órbita geoestacionaria, directo al cementerio.

9. ¿Podría yo subir en un ataque filantrópico a recoger toda esa basura?

Si quieres subir y retirar la basura espacial (porque te apetezca o porque quieras hacerle un favor a la Humanidad), lo más probable es que acabes en la cárcel. En efecto, los objetos espaciales siguen siendo propiedad del país que les puso en órbita. Así que si piensas retirar algo de la basura espacial, ponte de acuerdo primero con el que lo lanzó.

10. ¿Se está haciendo algo para mitigar este desastre espacial?

Sí. Los países que cuentan con acceso al espacio están trabajando en la definición de un acuerdo global que minimice la generación de nueva basura espacial. El acuerdo Europeo ya requiere que la presencia de cualquier sistema en el espacio no exceda de 25 años.

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*Antonio Ayuso es Ingeniero Aeronáutico y lleva más de veinte años trabajando en el sector Aeroespacial. Tiene una amplia experiencia en sistemas espaciales en general y en los que controlan la actitud y la órbita de los satélites en particular.