Estas dos imágenes son prácticamente iguales. Tanto el planeta como la Luna presentan una superficie rugosa, con áreas volcánicas y zonas claras y diferentes tonalidades de color rojo y naranja por el efecto de la luz del sol. En el caso de Marte, es su aspecto natural; en el de la Luna, obviamente, no. Sólo podemos ver al satélite ‘teñido de sangre’ cuando se produce un eclipse lunar –en el que la Tierra se sitúa entre la misma y el Sol– y las ondas atmosféricas filtran los colores verde y azul y sólo dejan pasar el rojo.
La imagen de esta luna tan especial, que pudimos ver en septiembre del año pasado y que no volveremos a presenciar hasta 2033, se diferencia de la panóramica de Marte por un motivo en concreto. Si nos fijamos bien, sólo uno de los dos astros recibe angularmente la luz solar. Tendrá que ser pues, el más cercano al Sol, es decir, la Luna (a la izquierda en la foto principal y la segunda en el texto); siendo la otra imagen, menos iluminada, la que se corresponde con el planeta (a la derecha en la foto principal y la primera en el texto).
PasaTIEMPO: ¿Cuál es La Tierra y cuál es la Luna Titán?