Como fenómeno inusual que es, no vale cualquier sitio ni cualquier clima para que se formen: son más comunes en lugares helados en lagos o ríos absolutamente calmados. Pueden llegar a tener hasta 15 metros de diámetro, aunque se han podido divisar de tamaño mayor.
Como muchos fenómenos extraños, como el que te contamos de los 'cielomotos' (terremotos en el aire), no tienen una única explicación posible, pero la más aceptada entre la comunidad científica dice que estos círculos aparecen en condiciones excepcionales durante el congelamiento.
En estos casos, si el hielo de la superficie permanece más en el centro que en las orillas, con una corriente débil pero constante, la fuerza centrífuga hará que empiece a dar vueltas como un remolino sobre sí mismo creando a su vez un vórtice debajo del agua que ayudaría a esta rotación y formación de un círculo perfecto de hielo.
Según diversas fuentes, la primera vez que probablemente se informara de la existencia de estos discos helados fue en 1895, en el número de febrero de la revista 'Scientific American'.