¿Qué es el ‘chapapote de monte’? Un experto nos explica esta peligrosa consecuencia de los incendios de Galicia

Elba Morentín Sanz 18/10/2017 17:42

Para empezar, lo obvio. ¿Por qué chapapote de monte? La respuesta es clara. Se llama así por el color: "Todas esas maderas quemadas y ceniza flotan en las riadas que se forman cuando llueve torrencialmente justo después de apagarse un incendio", nos explica Fins Eirexas, Secretario ejecutivo de ADEGA, la Asociacion para la defensa ecológica de Galicia.

"Aparecen como enormes coladas que bajan por los arroyos y tiene el aspecto similar a una materia viscosa, similar al chapapote, lava etc. A veces hasta taponan completamente los cursos fluviales y se crean capas de incluso un metro de espesor de cenizas que impiden la correcta oxigenación del agua, matando muchos peces. Si llega al mar, también al marisco, que es muy sensible tanto a los cambios de salinidad, como de concentración de partículas”, explica.

Antecedentes mortales

No es la primera vez que sucede. En la catástrofe del Monte Pindo en 2014, en la cual ardió toda su superficie de 600 metros, justo al lado del mar, se produjo la muerte masiva de marisco debido a las enormes olas de material movilizado desde el monte y sin protección por la muerte de la vegetación y arrastrada por las lluvias que se vieron después a poco días de los incendios.

"Y ha vuelto a pasar lo mismo, se ha quemado el monte y ha llovido de una forma importante en el sur de Pontevedra y esos fenómenos ya se están produciendo en los ríos que drenan las zonas quemadas”, subraya Eirexas.

¿Qué medidas se pueden tomar para frenarlo?

Parar su poder destructor es complicado. Eso sí, se puede paliar. "Lo primero y muy urgente es, una vez que arde determinada superficie, poner en marcha medidas de contención de la erosión, lo que se llama restauración hidrológico-forestal, que deben desarrollarse en las primeras horas después del fuego”, dice el experto.

Pero si se tarda varios días en ponerse en marcha, como es el caso de la actualidad, puede ser tarde, porque si llueve inmediatamente, el proceso empieza en ese mismo momento. Hay una serie de medidas testadas en los protocolos de actuación de las brigadas forestales, para trasladar esos sedimentos.

"Se puede utilizar la propia vegetación quemada, disponiendo los árboles quemados en forma de fajas perpendiculares a la pendiente, siguiendo las líneas de nivel, para crear barreras. También acumulando resto vegetales, paja, que se pueden colocar en los márgenes de los ríos para evitar que llegue toda esa avalancha y de algún modo filtrarla y contenerla. Después hay otras medidas menos urgentes y menos inmediatas, como la siembra de gramíneas autóctonas y certificadas, no pueden ser cualquiera. Y así se contribuye, con su rápido crecimiento, que en unos pocos días ese terreno quede más sujeto, ya que ahora no tiene ningún tipo de sujeción”.

¿Cuánto se tarda en recuperar?

Es un impacto muy importante, para el terrestre porque se pierde suelo fértil y es muy difícil de recuperar. Un centímetro se suelo fértil puede tardar miles de años en desarrollarse. Los procesos erosivos se incrementan y en épocas de fuertes lluvias los montes pueden quedar absolutamente pelados dificultando la recuperación.

"Todos esos sedimentos se van a inyectar en las zonas costeras donde hay bancos de marisco que son muy sensibles, especialmente los moluscos, a las variaciones de salinidad y de concentración de partículas. Como ocurrió en 2014, en el banco de marisco de la Cofradía de Carlota, que fue cubierto con capas de hasta 60 centímetros, incluso en algunos lugares, de hasta un metro de la materia viscosa negra que mató absolutamente todo el marisco”, explica.

¿Y las pérdidas económicas?

Las pérdidas económicas "son millonarias", según Eirexas. Por ejemplo, en la oleada de incendios de 2006, que fue la más intensas recientemente en este país y en la que se quemaron más de 90.000 hectáreas, “hubo líneas de ayudas específicas para las cofradías de pescadores para poder recuperar los bancos marisqueros y eliminar esas miles de toneladas de chapapote de monte que tenían los bancos y volver a resembrar”, explica.