Este experimento que comenzó el 1 de octubre y durará todo el mes, se lleva a cabo en 38 vuelos interiores entre Tokio y Sapporo (norte) y Okinawa (sur), y en cuatro vuelos internacionales entre Tokio y Singapur, según comunicó un portavoz de ANA.
En la sala de embarques, de estas terminales se han colocado pantallas de información pidiendo a los pasajeros ir a los servicios antes de subir al avión.
Según ANA, si la mitad de los pasajeros del total de los vuelos sigue este consejo, la compañía conseguiría reducir sus emisiones contaminantes en 4,2 toneladas por mes.
Esta medida se inserta en un programa experimental llamado 'e-flight', que incluye varias iniciativas como el reemplazo de las botellas de vino de cristal por otras más livianas plásticas. Además la utilización de los tradicionales palillos para comer, fabricados con madera reciclada.