La guerra se sube al palco de Eurovisión: protestas, abucheos a la cantante de Israel y pañuelos palestinos
Las protestas contra la presencia de Israel en Eurovisión se cuela en el festival que reúne en las calles de Malmö a más de 10.000 manifestantes
La comunidad judía de Malmö abandonó la ciudad para evitar agresiones o conflictos
La guerra de Gaza llega a Eurovisión: el publico abuchea a Eden Golan, la cantante israelí
Los cánticos en apoyo a Palestina han resonado en las calles de la ciudad sueca de Malmö, que estos días acoge el Festival de Eurovisión, pero también en el escenario, donde el primer día de espectáculo un cantante sueco, Eric Saade con un pañuelo 'keffiyeh' en la muñeca le hizo un guiño solidario a los palestinos que sufren la ofensiva militar de Israel. Una información de la periodista Esperanza Calvo.
El conflicto militar en la Franja con más de 34.000 muertos, la mayoría niños y mujeres bajo las bombas del Ejército de Israel han puesto en alerta a unas 10.000 personas, que se han manifestado contra la guerra de Gaza y contra la presencia de Israel en el concurso ondeando banderas palestinas.
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La concentración tuvo lugar en la histórica plaza de Stortorget, cerca del ayuntamiento de Malmö, que data del siglo XVI, antes de una marcha que transcurrió hasta un parque situado a varios kilómetros de la sede de Eurovisión.
El ambiente se ha ido caldeando en el concurso, a pesar de que los organizadores han intentado alejar las reivindicaciones contra el genocidio de Israel en Gaza. La seguridad es máxima, francotiradores, efectivos desplegados por Malmö, pero también en el interior del recinto, donde actuaba la representante de Israel.
Abucheada la cantante de Israel, Eden Golan
Nada, sin embargo, ha podido retener los abucheos y silbidos cuando sale a cantar Eden Golan. A pesar de esto pasa a la final. Israel incluso ha enviado a su jefe de seguridad interior a la ciudad sueca para supervisar la situación ante posibles amenazas.
Los miembros de la comunidad judía de Malmö se han ido estos días de la ciudad por temor a ser atacados, pero el miedo no ha paralizado a quienes apoyan públicamente la presencia de Israel en el concurso.
El despliegue policial contrasta con las habituales lentejuelas y atuendos ya típicos de Eurovisión, pero la guerra en Gaza ha empañado un poco la alegría. Algunos también reivindican su diversión: "solo queremos disfrutar de la música". Las bombas caen muy lejos para ellos.
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