Una larga cola de lectores comenzó a formarse en el Retiro, en una carpa especial situada entre la caseta nº 116 y el Pabellón del Ayuntamiento. En las manos, la última novela del británico: 'Un mundo sin fin'.
No sólo madrileños, admiradores de ciudades cercanas y turistas extranjeros han aprovechado el día más caluroso de esta primavera para acercarse hasta la capital. Fans recién salidos de trabajar, o de una noche de fiesta; muchos con un único objetivo: lograr un autógrafo con el que sorprender a sus novios o novias.
La novela es secuela de 'Los Pilares de la tierra' (1989), que durante veinte años se ha convertido en la novela más leída por los españoles, según las encuestas de la Federación del Gremio de Editores, con casi seis millones de ejemplares vendidos.
Un millón y medio de ejemplares se han vendido en España desde que saliese a la venta el pasado 28 de diciembre. La primera edición, 525.000 ejemplares, se agotó en pocas horas, por lo que fue precisa una inmediata reimpresión de 175.000 ejemplares para cubrir la extraordinaria demanda del libro en pleno período navideño.
Sin dedicatoria
A las 11.15 llegó la estrella mediática, más de 500 personas aguardaban su presencia. Y continuaron llegando. Ken Follet ha estampado su firma 2.050 veces, según cifras aportadas por la editorial Plaza & Janes. Eso sí, no ha habido hueco para saludos ni fecha ni dedicatorias. De hecho, casi ni para levantar la cabeza y comprobar como sonríe emocionado el lector.
El autor ha batido su "propio récord", ha comentado el escritor, que ha matizado que lo importante en una novela es que "todo escritor cree un mundo imaginario y dibuje al lector en ese mundo".
A las 16.30 se cerró el 'chiringuito', quien no haya llegado tendrá que esperar a que el autor escriba la tercera secuela y venga a España a dedicarla.
Desde hacía varios días se anunciaba con ímpetu la llegada de Ken Follet a la feria madrileña. A menudo, tras la Feria del Libro, no faltan escritores que recurran a anécdotas de lectores perdidos que piden la firma confundiéndoles con otros. Así que, por si acaso, los organizadores han decorado el exterior de la carpa con fotos gigantescas de la portada del libro y del autor. Ya sólo queda que el autor 'en carne y hueso' se parezca al de la foto. PGD