Con el grito de No hay pasado ni futuro, la existencia es sólo el presente, Macaco saltó al escenario, con una cinta negra en el pelo y vestido con una camiseta de tirantes azul y unos vaqueros, al ritmo de Aquí y ahora, un tema incluido en su último disco Puerto presente (2009) -que ha sido disco de Oro y de Platino-.
Tengo, Todos, Seguiremos o S.O.S -con la que recordó su inolvidable visita a los campos de refugiados saharauis- fueron algunas de las canciones con las que el artista barcelonés llenó el escenario de optimismo e ilusión.
El momento más emotivo vino con el mensaje lleno de sentimiento de Macaco que, ondeando una bandera azul y amarilla, dijo que "las banderas suelen dividir antes que unir", pero que en esta ocasión usaba este emblema, "que es el código de los marineros", para comunicarse con el público y "construir así con palabras un puente indestructible". Con el lema "hay canciones que nacen, crecen y se reproducen" llegó Moving, el primer sencillo de su último disco, Puerto presente, con el que Macaco consiguió que el público se rindiera al ritmo de este tema.
Después de una hora de música, Macaco cerró la actuación con The monkey man (El hombre mono), una canción en la que explica el porqué de su nombre, una influencia de su madre, que le llamaba "mico de pequeño", y de sus amigos que le conocían en su barrio barcelonés como "Macaco", apodo que eligió en 1997, cuando Dani Carbonell formó su grupo musical.
La banda de folk metal Mägo de Oz compareció a las nueve de la noche ante el entusiasta público del Escenario Sunset, que recibió con los brazos abiertos "Gaia III: Atlantia", el décimo álbum de estudio del grupo.
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