La cineasta Patricia Ferreira hace visibles a madres y abuelas del franquismo en "Sra.de"

AGENCIA EFE 03/11/2010 15:32

Además, añade la directora en una entrevista con EFE, "es que siempre estuvieron calladas, por eso había que hacer esta película, para que pudieran decir públicamente lo que no habían podido hacer, y ni siquiera soñar. Es un homenaje", aclara Ferreira, mientras asiente la coguionista y productora Carmen I.Rábade, alma máter del proyecto.

La película, que dura algo menos de hora y media, cuenta a través de las historias personales de once mujeres gallegas (seleccionadas de entre 300) cómo era vivir durante el franquismo y ser mujer: sus miedos, sus frustraciones, su ignorancia, su resignación; la falta de reconocimiento, la anulación en muchos casos, y, en todos, la renuncia.

"Y esa sensación de renuncia -apostilla Ferreira- aún sigue existiendo en las mujeres actuales, aunque en otra medida".

Directora y guionista, Ferreira es responsable de títulos como "Sé quién eres" (1999); "El alquimista impaciente" (2001), o la penúltima, "Para que no me olvides" (2005), uno de los últimos trabajos de Fernando Fernán Gómez. Ahora prepara un proyecto largamente deseado, "Los niños salvajes", que espera terminar en 2011.

"Miramos hacia el mundo islámico o a las sociedades totalitarias y nos escandalizamos, y esto pasaba igual aquí, sin velo -bueno, sin burka, con velo sí-, pero eran situaciones de absoluto sometimiento, a los padres, primero, y al marido después; si te portabas mal, había castigo", señala Ferreira, quien desvela que a algunas mujeres no las dejaron participar sus hijos.

Por eso, estas mujeres se convierten en personajes, en voces de todas las demás, en los planos en los que Ferreira -que no ha incluido ninguna imagen documental- las muestra de espaldas: "Gente que vemos que nos ha acompañado toda la vida, tías, abuelas, vecinas, que no tenían cara, no tenían personalidad".

Estas mujeres, de clases sociales y tipos de educación y procedencia muy distintos, se enfrentan a sus recuerdos y hablan por primera vez de lo que fue su vida.

Además, la cinta cuenta con los testimonios de una socióloga y estudiosa de la Sección Femenina de la Falange Española, Mercedes Noval, y de una de sus instructoras, Marucha, que dedicó su vida a educar a las mujeres según los principios del Movimiento.

"El régimen marcaba todas las conductas, no era sólo una ideología política, es que te vigilaba, era un auténtico 'gran hermano', y en el caso de las mujeres era especialmente grave", afirma Ferreira.

Lo curioso es que ninguna de ellas muestra rencor, y sí muchas ganas de "haber nacido ahora": disfrutarían de la libertad de viajar; trabajarían en lo que quisieran, se casarían o no, serían pintoras, bailarinas. Hablarían de sexo, de sus ilusiones. Y no sentirían vergüenza de ser madres solteras.

Pilar se separó cuando nadie lo hacía; Segunda no supo lo que era un orgasmo hasta que fue "mayor" (muy mayor); Conchi tuvo compañera, pero nunca vivió con ella; Josefa aprendió a leer sola; Alicia no pudo luchar por un trabajo que merecía, Romana estudió Derecho y prosperó laboralmente porque se quedó viuda. Ana, Filomena, María y Valentina. Y todos los demás nombres.

"Puede resultar dramático, pero ellas han conseguido verlo de una forma irónica, divertida, hasta con sentido del humor, aunque luego pienses '¿de qué me estoy riendo?'", resume la directora.

La película, que se estrena este viernes en cines de toda España, tiene un largo recorrido por festivales nacionales e internacionales; de su paso por Montreal, Carmen I.Rábade recuerda, entre risas, cómo las canadienses se reconocían en las gallegas: "sólo que ellas tenían que parir para poblar Canadá".

Alicia G.Arribas