En una entrevista con Efe, Verani dijo que esta correspondencia, compuesta de más de sesenta textos, revela la importancia que tuvo para Onetti (Montevideo, 1909 - Madrid, 1984) en sus años formativos "la pintura postimpresionista de finales del siglo XIX", sobre todo las obras Cézanne y Gauguin.
"Siempre he sacado poco o ninguna utilidad de mis lecturas sobre técnicas y problemas literarios; casi todo lo que he aprendido de la divina habilidad de combinar frases y palabras ha sido en críticas de pintura", manifiesta Onetti en una de sus primeras misivas.
Bajo el título "Onetti: cartas de un joven escritor. Correspondencia con Julio E. Payró", el libro será presentado en el homenaje que la Academia Nacional del Letras de Uruguay rendirá al uruguayo el próximo 1 de julio, con ocasión del centenario de su nacimiento.
La correspondencia corresponde al periodo comprendido entre 1937 y 1955, aunque la mayoría de los textos fueron escritos antes de 1943, precisó el investigador uruguayo, autor de la obra "Onetti: el ritual de la impostura".
Según Verani, el escritor uruguayo aparece en las cartas como "un intelectual afrancesado", exactamente "lo opuesto" a como él trató de definirse.
"En una carta dice que no soportaba a los 'latosos camaradas intelectuales', pero él era un gran intelectual", aseveró el estudioso, que subrayó la "profunda amistad" que compartieron Onetti y Payró, a la que sumó después la del célebre pintor uruguayo Joaquín Torres García.
De hecho, para Verani, Torres García y Payró fueron "las dos grandes influencias en ese momento en la formación intelectual de Onetti".
Las misivas reflejan el momento en que el autor de "La vida Breve" luchaba por publicar y darse a conocer, pero en ellas trasluce también la conciencia de su propia valía.
"Sabía que estaba destinado a ser un gran escritor, ya en sus primeras cartas se pone de manifiesto", indicó el investigador, que destacó que Onetti "siempre tuvo la pose de que no le importaba publicar ni que lo leyeran, pero en realidad sí le importaba".
En la correspondencia reunida por Verani figura también un poema que Onetti dedicó a su segunda mujer, María Julia, cuando ésta lo abandonó.
Acompaña a "la única carta, junto con parte de otra, en la que el autor habla de su vida privada y del sufrimiento que siente, porque la quería mucho", dijo Verani, quien apostilló que "el gran renovador de la prosa latinoamericana no tenía oído para la poesía".
El estudioso, que no dudó en considerar a Onetti como la principal figura de las letras uruguayas, concluyó que "es un escritor de culto, siempre lo fue y siempre lo será".