Realidad y mito de Hipatia de Alejandría

KAMALA OROZCO 24/10/2009 13:39

"Al parecer, era una mujer bellísima; por sus cualidades intelectuales y físicas la apodaban 'la perfecta'. Un rara avis, vamos", indica Ramón Galí, autor de Hypatia y la eternidad, que la define como "inteligente pero humilde, racional pero abierta a lo desconocido y a lo ininteligible, apasionada por el Conocimiento en todas sus vertientes hasta sacrificarlo todo por él. Coherente y fiel a sus principios... cualidades que se echan mucho de menos hoy en día".

Para Olalla García, autora de El jardín de Hipatia, "fue una mujer de inteligencia excepcional que por su prestigio intelectual y su peso como consejera política se convirtió en víctima de una terrible lucha de poder entre dos instituciones muy poderosas: el obispado alejandrino del patriarca Cirilo y el poder imperial, en la persona del prefecto augustal Orestes".

La historiadora indica que Hipatia fundó una academia de filosofía que recibía estudiantes de todo el Imperio y algunos de sus alumnos después llegaron a ocupar importantes puestos en la administración imperial y eclesiástica. Por ejemplo, Sinesio de Cirene, que llegó a ser obispo. Se carteó con ella y con otros alumnos y esas misivas nos han permitido saber más sobre ella.

"Hay que tener en cuenta que fue una mujer reverenciada por su cerebro y sus conocimientos en una época en la que las mujeres eran consideradas inferiores a los hombres en todos los aspectos: físico, moral e intelectual", añade la escritora.

Relevancia histórica

Ambos autores coinciden en destacar su importancia histórica. Para Galí, "con su muerte, Hipatia de Alejandría delimitó en verdad la frontera entre la Antigüedad y la Edad Media. Ella marcó el fin de una época resplandeciente jaspeada de perfección y el comienzo de una oscura, en especial en cuanto a los avances científicos concierne".

Olalla García indica que " ha sido una figura de referencia para muchos intelectuales. Edward Gibbon, el padre de la historiografía moderna, la definió como la figura que mejor ejemplifica el final del Imperio romano, es decir, la desaparición del paganismo frente al empuje creciente del cristianismo".

Sobre su importancia científica, García observa que "aunque no hay teoremas ni descubrimientos científicos que lleven su nombre, su labor de comentarista y profesora ayudó a preservar y entender textos de Ptolomeo, Euclides o Diofanto, que han sido fundamentales para avances científicos de tiempos posteriores". Según esta autora,"la Historia ha sido injusta con ellaMerece un mayor reconocimiento del que se le ha brindado hasta ahora. En gran parte, esto se debe a que todos sus escritos se perdieron, como muchas de las grandes obras de la Antigüedad, y sólo tenemos noticias de ellos a través de fuentes muy tardías".

Hipatia en 'Ágora'

El tratamiento de Hipatia en la película de Aménabar ha levantado críticas y pasiones. García señala que "como historiadora", le sorprendieron algunas cosas. "La principal, el personaje de Sinesio, que en la realidad siempre fue fiel a su maestra y, además, murió antes que ella".

En cambio, Galí afirma que "ha habido mucha gente que ha ido a ver la película muy condicionada...¡pero por sí mismos! A mí estuvo a punto de sucederme pero rectifiqué a tiempo...¡Yo dejé la mente en blanco!; recomiendo olvidarse de las altísimas expectativas generadas por la brutal campaña de publicidad, olvidarse de buscar sensaciones muy concretas, olvidarse de 'Gladiator', olvidarse de los (lógicos) prejuicios por si el cine español está demasiado subvencionado o por si el film es abiertamente anti-cristiano (que no lo creo, es anti-fanático en todo caso). De esa manera, el espectador seguirá los ideales griegos, es decir, salir de la prisión de las ideas preconcebidas y ser totalmente libre. Y, a pesar de los 'peros' (que los tiene) disfrutarán, y mucho, de la convulsa Alejandría del siglo IV, de los astros, de la dulce belleza de Rachel Weisz".

Por su parte, García espera que gracias a la película, "la historia llegue a cautivar a muchos espectadores que ahora la desconocen. Me alegraría mucho que, después de quince siglos, Hipatia recibiera al fin el reconocimiento que merece".

Rachel Weisz en el papel de Hipatia en 'Agora'.