"Desde el principio sabía que quería explorar la electrónica", porque le parece "un mundo muy excitante", ha explicado Shakira, a un grupo de periodistas, al hablar sobre las motivaciones que le impulsaron a buscar un cambio de registro para su séptimo disco de estudio. No obstante, la artista ha sabido respetar "la fusión de culturas", el carácter étnico que ha distinguido su música y que, en "Loba", integra sonidos procedentes de Colombia, Africa, la India y Medio Oriente.
Lejos de las connotaciones negativas que el término pueda acarrear, Shakira define como loba a "la mujer de estos tiempos, la que está en contacto con sus deseos y los defiende con uñas y dientes".
La intérprete, de 32 años, considera que esa defensa a ultranza de las pasiones implica "el reconocimiento de un instinto básico y primario" que habita "en todas las personas". "Queremos parecer sabios y educados, pero todos tenemos un lado salvaje y libre", asevera. Y así, liberada de ataduras, se presente la artista colombiana, que afirma sentirse en un "gran momento personal": "He encontrado mi propia individualidad y, por primera vez, me siento dueña de mí misma", afirma.
La cantante, que entre los 10 y los 12 años ganó tres veces el popular concurso televisivo "Buscando artista infantil", publicó su primer disco cuando apenas contaba 13 años. En la actualidad, disfruta de una posición privilegiada en la música pop internacional, con unas ventas que superan los 50 millones de álbumes.
Pero la fama no siempre es "divertida", confiesa la artista. "Me he sentido enjaulada en alguna ocasión, pero no me puedo quejar, ya que entonces sería una desagradecida con toda la gente que escucha mi música", razona Shakira.
Tras definirse como "una obrera artesanal de la música", Shakira plantea "la honestidad" como motor principal de su trayectoria: "Todo lo que hago refleja cómo me siento, y eso ha sido una constante a lo largo de toda mi carrera".
"Una obrera artesanal de la música"