Valladolid redescubre al ilustrador de las mil pesetas y telonero del Teatro Real

EFE 06/02/2009 14:50

El popular billete de las mil pesetas, de curso legal a mediados de los años cincuenta del pasado siglo, cuenta en uno de sus lados con la efigie de los Reyes Católicos que, en el caso de Isabel de Castilla, "se inspiró en La Virgen de la Mosca, un pequeño cuadro del siglo XV conservado en la Colegiata de Toro (Zamora)".

Así lo ha explicado hoy a Efe el profesor Miguel Ángel García, comisario de la muestra "Homenaje al Pintor Juan Antonio Morales", una treintena de dibujos y óleos que podrán verse hasta el 26 de febrero en el Colegio Lourdes, con motivo del 125 aniversario de este centro educativo donde estudió el artista entre 1923 y 1925.

Pero también fue Morales, en los años sesenta del siglo XX, el autor del boceto del entonces telón del Teatro Real de Madrid, décadas después de haber prestado su talento a La Barraca, la compañía estatal de teatro cuya dirección encargó la Segunda República al poeta Federico García Lorca, ha recordado el comisario.

Nacido en Villavaquerín (Valladolid) en 1909, Juan Antonio Morales fue un artista inclasificable, de gran oficio, "a quien la pintura libró de la cárcel y de un seguro fusilamiento" por mediación de su amigo José Caballero y de Daniel Vázquez Díaz, su maestro en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Amigo también de personajes como Maruja Mallo, de Miguel Hernández, García Lorca y Pablo Neruda, conoció el cubismo ("Composición cubista" -1933-) y coqueteó con el surrealismo en la línea más onírica ("El marinero ciego" -1932-), antes de que la Guerra Civil (1936-1939) le sorprendiera en el bando republicano, del cual fue teniente cartógrafo.

En la contienda fratricida ilustró libros para los soldados en el frente, como fue una edición especial del "Romancero gitano" de García Lorca, y pintó carteles con fines propagandísticos dentro de una época que el comisario de la exposición ha definido como "un descanso en su etapa pictórica".

Detenido, requisado, encarcelado y a punto de ser pasado por las armas, Juan Antonio Morales subsistió en la posguerra como diseñador de decorados e incluso montador de tribunas para actos de exaltación del dictador que combatió en el frente.

"Es su época más figurativa, con personas de gran volumen como las que representa en "Abrazo de la máscara" (1940-1941), un cuadro que perteneció a Dionisio Ridruejo", ha añadido Miguel Ángel García, profesor de Filosofía en el Colegio Lourdes y responsable de notables exposiciones anuales colgadas en ese centro educativo durante los últimos veinte años.

Un nuevo giro en su concepción creativa le llevó a una estela clásico-renacentista, en las que se inscriben dos peculiares autorretratos, uno con mandolina, fechado en 1943, y otro como Dante, firmado en 1950.

Fue entonces cuando conoció a Elena Blanco, a la que retrató en 1948 y quien le introdujo en los ambientes de la burguesía y aristocracia madrileña, un nuevo filón que desembocó en cuadros de personajes públicos como Francisco Franco y su esposa, Carmen Polo, y de miembros de la Casa de Alba, entre otros.

De sus salidas esporádicas a los Estados Unidos proceden óleos como el de "Wall Street" (1953), que también puede verse en la retrospectiva configurada a partir de préstamos de coleccionistas particulares en Madrid, Valladolid, Segovia y Palencia.

Tras ser nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San fernando (1974) y director de la Academia de España en Roma (1974) su pintura se volvió "más delicada y efectista" ("Roma" -1976- y "Maxim's" (1977), aunque no abandonó su condición de retratista como así lo atestiguan los tres dibujos a la sanguina que en 1973 realizó a los tres infantes de España, Felipe, Elena y Cristina de Borbón.

La madre de los infantes, la reina Sofía, le distinguió a Morales con la Medalla de Oro de la Asociación AMADE-España tres días antes del fallecimiento en Madrid, el 29 de enero de 1984, a los 75 años de edad, de Juan Antonio Morales.