Bolivia acoge los ritmos y aceleraciones del coreógrafo español Cesc Gelabert

AGENCIA EFE 22/05/2009 00:00

El coreógrafo, que dirige la Gelabert-Azzopardi Companyia de Dansa, mostrará su nuevo espectáculo "Sense Fi-Conquassabit", que se estrenó hace poco más de un mes en España, en las tablas de La Paz el 22 de mayo; en Sucre, el 25, y en Santa Cruz, el 28.

Con música del francés Pascal Comelade y fragmentos del compositor alemán Georg Friedrich Händel, una decena de bailarines, entre los que se encuentra el propio Gelabert, ofrecen dos propuestas escénicas sobre cómo se enfrenta el hombre a la aceleración de la vida moderna.

La primera coreografía, "Sense Fi", se organiza alrededor de un personaje -el propio Cesc Gelabert- sobre el que el resto de bailarines recrean proyecciones de su mente para, al final, quedar reabsorbidos otra vez en el protagonista.

"Es una obra bastante intimista, naíf incluso y delicada para mirar de cerca. La actitud para mí es mantener una sonrisa en frente a lo que pase en la vida", aseguró el coreógrafo en entrevista con Efe en La Paz.

La segunda parte del espectáculo, "Conquassabit", se basa en la aceleración, que "es un fenómeno común y que está debajo de casi todo lo que nos pasa en nuestra vida actualmente para bien y para mal", explicó.

Esta palabra, que en latín significa fragmentar, conmocionar, dividir o romper, "es una idea que puede tener muchas alegorías y que, al mismo tiempo. da muchas ideas y estímulos", apuntó Gelabert.

Para la creación de esta obra, el bailarín y coreógrafo trabajó con distintas arias y fragmentos del compositor Händel que ordenó y modificó de forma que el tiempo pareciese cada vez más rápido.

Así, los bailarines evolucionan en el escenario "desde la quietud o la paz" hasta el paroxismo final en el que "estamos como enloquecidos", dijo.

Gelabert explicó que el proceso de creación depende de cada obra, pero, en el caso de "Conquassabit", el punto de partida es la idea de la aceleración a la que dio forma la música de Händel y después buscó con los bailarines la forma de trasladar esas sensaciones.

"Al principio quería dar la sensación de entrar en el tiempo y empecé a probar muchos elementos hasta que, en realidad, la única manera es parar", afirmó.

"El concepto es sentir que estamos en una superficie horizontal y (los bailarines) flotan como en una especie de la búsqueda de la paz y el gozo", dijo.

Bolivia es la primera escala americana de la gira mundial de este espectáculo que se estrenó el 16 de abril en el teatro Lliure de Barcelona, del que esta compañía de danza contemporánea es residente y donde, según Gelabert, la obra "fue un gran éxito durante nueve o diez días".

Además de otras dos ciudades españolas, esta coreografía ha pasado ya por Italia y en las próximas semanas llegará a Perú, Estados Unidos y Escocia para regresar a España, donde la compañía comenzará una gira nacional.

Pese a que su último trabajo está recién estrenado, Gelabert, que ha sido galardonado con premios como la Medalla de Oro de las Artes Escénicas del Gobierno español y el MAX como mejor bailarín masculino, reconoció que la reacción del público en cada nación es distinta.

Además, se mostró ilusionado con la idea de adaptarse a las "condiciones, ritmos y realidades de cada país".

De hecho, no ha querido pasar por Bolivia sin dejar de compartir su arte con jóvenes promesas de la danza de este país y ha aprovechado para dirigir varios talleres práctico-teóricos acompañado de su elenco.

"Lo que me interesa es que en cada espectador crea unas imágenes y alegorías distintas. Es lo bonito de la danza, que a través de su abstracción puedes llegar a muchos significados", concluyó.