Este particular internado al que acuden los magos más jóvenes de Gran Bretaña es el principal escenario en el que transcurren las aventuras de Harry Potter y sus amigos Hermione y Ron, por lo que se convierte en el telón de fondo de esta exitosa historia y, por tanto, en su cuarto protagonista. La magia y los misterios que se esconden en su interior son el principal hilo conductor de los libros de Potter.
Y es que Hogwarts no es un colegio cualquiera. En él, los estudiantes se organizan en torno a cuatro grupos o Casas: Gryffindor, Hufflepuff, Revenclaw y Slytherin. Cada una de ellas, que se reúne en una sala común oculta tras un cuadro o una pared, defiende una serie de valores y tiene, además, sus propios fantasmas, que vagan por los laberínticos pasillos del castillo.
Un papel destacado tienen también los cuadros que cuelgan de los muros del castillo. Los personajes en ellos pintados cobran vida para bromear o desafiar a los alumnos. La entrada a la cocina de Hogwarts, por su parte, está custodiada por un inmenso bodegón que sólo permite el paso si se hacen cosquillas a la pera dibujada en él.
En los cuadros situados en el despacho del director (cuya puerta está vigilada por una gárgola que exige una contraseña para permitir el acceso) están pintados los antiguos directores del colegio, que dialogan entre sí y dan consejos al director actual.
No menos importantes son las estatuas que habitan en el castillo. Muchas de ellas esconden pasadizos secretos, que no son los únicos que se ocultan en Howarts. Otros se esconden bajo 'el sauce boxeador', árbol que se encuentra en el jardín del castillo, o detrás de un espejo.
También destacan las armaduras situadas en los pasillos, que buscan con la mirada a los alumnos o cantan villancicos en Navidad.
Pero Hogwarts no es sólo un internado para profesores y alumnos. Es también la guarida de varias criaturas fantásticas. En las cocinas trabajan elfos domésticos, un Basilisco habita en una Cámara Secreta y varios Trolls se ocultan en las mazmorras del edificio.
Pero si hay algo que caracteriza el castillo de Hogwarts es su gran comedor. Sobre él, sobrevuelan lechuzas entregando el correo a los alumnos. Su alto techo está encantado y deja ver el cielo estrellado. Tiene una mesa larga por cada Casa y es más parecido a una catedral.
Aunque Harry Potter está ambientado en la actualidad, el castillo Hogwarts aparenta una imagen casi medieval, por su arquitectura, mobiliario o la vestimenta de sus profesores. No hay luz natural, sino que se iluminan con velas. Esto envuelve al castillo en esa misteriosa atmósfera que le hace tan especial.