Daniel Arasa recorre la Guerra Civil a través de su cobertura periodística en un ensayo

EUROPA PRESS 09/07/2016 12:08

El ensayo explica la batalla de un modo sintético, puesto Arasa ahonda en el tratamiento informativo del conflicto, y en cómo éste se materializó: "Evidentemente se manipulaba y no se decía la verdad", ha explicado en una entrevista de Europa Press.

Arasa pone de relieve cómo la información se convirtió en arma, por la que España vivió una lucha paralela de propaganda e información por parte de ambos bandos, una batalla que ha recuperado a partir de los partes de guerra, los comunicados oficiales de los dos bandos y también la prensa partidaria de ambos lados.

Para ello, ha analizado 14 diarios, además del tratamiento realizado por las radios, un ámbito más inaccesible porque "sólo han quedado lo que la prensa reproducía" de las crónicas radiofónicas.

LA BATALLA MÁS IMPORTANTE

"Aunque la Batalla del Ebro es sólo una parte de la guerra, es la batalla más importante, con más muertos y heridos, y viene a explicar la genera en general y también cómo se manipulaba la información en interés propio", ha defendido Arasa.

La Batalla del Ebro (1936-1939) fue la más dura y sangrienta de la Guerra Civil española, y ha sido la mayor de las libradas en la Península Ibérica, además de ser muy decisiva para el fin del conflicto y la victoria del bando franquista.

UN PERIODISMO SUBJETIVO

Sobre el estado de la información en la actualidad, Arasa ha subrayado que en el periodismo "hay una gran subjetividad", aunque ha dejado aparte a las agencias de noticias.

"Las agencias suministran a los diarios de derechas y de izquierdas, a los nacionalistas y no nacionalistas. Son muy imparciales, pero hay medios que no, y manipulan bastante en caso de guerra", ha dicho.

Autor de una tesis doctoral sobre información y propaganda en esta relevante batalla, Arasa ha publicado más de veinte libros sobre la Guerra Civil española y, coincidiendo con esta efeméride el 18 de julio, el autor presentará el libro en Barcelona, antes de hacerlo en Tortosa el 25 de julio, en coincidencia con el día que empezó la batalla.