La Semana Internacional de Cine de Valladolid ha expresado hoy su más sentido pésame tras tener conocimiento de la muerte de una de sus figuras más emblemáticas, Luis Huerta, hecho acaecido recientemente en Bruselas.
Al buscar en la historia los orígenes del festival, hay que remontarse a los últimos días del invierno de 1956 cuando un estudiante de la Universidad de Valladolid llamado Luis Huerta le propuso a Antolín de Santiago Juárez, entonces delegado provincial del Ministerio de Información y Turismo en Valladolid, "contribuir con una manifestación de cine católico al clima previo de la Semana Santa", añadiendo así atractivos para los visitantes que en esos días de fervor religioso se acercaban a la ciudad.
Suyo, de Luis Huerta, fue el fogonazo que prendió la chispa de la Seminci. Él sólo permaneció en la organización aquella primera edición, cuando ejerció como secretario general y se encargó de seleccionar las seis películas que se proyectaron.
Pocos meses después, emprendía un peregrinar europeo que le llevó finalmente a Bruselas, donde hace escasas fechas fallecía. "La Seminci, y cuantos han contribuido a que el festival se haya convertido hoy en un referente cultural a nivel nacional a lo largo de sus 56 ediciones, lamentamos profundamente su pérdida", ha manifestado la organización del certamen a través de un comunicado recogido por Europa Press.