Juanes se reconcilia con el Festival de Viña del Mar

EFE 25/02/2009 07:16

El compositor fue el encargado de abrir la segunda noche de espectáculos del festival, mientras que la veterana banda estadounidense "KC and the Sunshine Band" transformó el escenario en una discoteca ochentera.

"Esta noche no tuvo ni punto de comparación con la vez pasada", dijo Juanes al final del espectáculo en alusión a su última visita a Viña del Mar, en 2005, cuando quedó insatisfecho del "show".

"A Dios le pido" fue el primer tema que sonó y las pancartas y banderas colombianas ondearon por encima del mar de 15.000 personas que ocupaba la Quinta Vergara, el recinto que alberga el Festival de Viña del Mar.

Junto a seis músicos, el intérprete logró despertar las entrañas del "monstruo", tal y como es conocido el público del festival, y a pesar de ser su tercera actuación en la historia del certamen, cumplió con todas las expectativas.

Ataviado con unos pantalones grises, camiseta plateada y una cazadora negra, el colombiano dio el toque de salida a la segunda noche con una selección de sus canciones más conocidas.

Juanes entonó "Mala gente" o "Fotografía" de su álbum "Un día normal", y repasó los éxitos obligados de su último trabajo "La vida... es un ratico", todos ellos coreados hasta la saciedad por la masa de espectadores.

Lo que en un principio tenía que ser un espectáculo de 45 minutos, se alargó más de una hora, en un concierto sin descanso marcado por una fuerte conexión con el público, hacia el cual Juanes manifestó todo su respeto y gratitud.

Aunque en las primera notas se mostró un poco tenso, el cantante se fue relajando y regaló a un público encendido multitud de paseos por la pasarela que rodea el escenario, para mantener el contacto directo con sus enloquecidos seguidores.

El intérprete de "Me enamora" y "Volverte a ver" cantó, saltó y rascó en su guitarra acordes que dejaron a más de uno con la boca abierta.

Poco se vio hoy de aquel Juan Esteban Aristizábal, verdadero nombre del artista, que pisó por primera vez el escenario de la Quinta Vergara en 2003 como un artista emergente, y esta noche se mostró como el músico consolidado que ha sido galardonado con 12 premios Grammy latinos.

Juanes, reconocido como una de las cien personas más influyentes del mundo por la revista estadounidense Time, destaca por su labor humanitaria, faceta que también explotó en su paso por el escenario viñamarino.

"Vivimos en una región espectacular, de tierra fértil y bendita. Es importante que estemos unidos porque todos somos iguales y las fronteras entre nosotros son absurdas", afirmó, y aprovechó para dedicar su reivindicativa canción "Bandera de manos" a los campesinos latinoamericanos.

Ya con su camiseta plateada empapada de sudor, Juanes dejó el plato fuerte, su populares temas "La camisa negra" y "Odio por amor", para decir el último adiós a su gira y despedirse de sus seguidores durante por lo menos un año, en el que preparará su próximo álbum.

Los que no tienen previsto, por ahora, dejar los escenarios son los componentes de "KC and the Sunshine Band", que llevan 36 años divirtiendo al público con sus notas funk y su música discotequera.

La banda capitaneada por su vocalista Harry Casey llegó a la Quinta Vergara por segunda vez con un único objetivo: poner a bailar a jóvenes y adultos con sus temas clásicos.

Un total de catorce artistas, entre músicos, coristas y bailarinas, empezaron el recital con "Shake your body" y "Boogie shoes", ambas con más de treinta años de historia.

Durante más de una hora, Harry Casey bromeó con el público, con sus músicos, cambió tres veces de vestuario y bailó como si de un veinteañero se tratara.

"Mírenme bien porque Justin Timberlake tendrá mi aspecto en treinta años más", espetó el artista en medio de las carcajadas del público viñamarino.

Tal y como la banda advirtió los días previos a su actuación, el espectáculo estuvo plagado de buena parte de sus grandes temas, como "Give it up", "That's the way I like it", o "Please don't go", probablemente la canción más conocida por el público chileno.

Así concluyó la segunda noche del festival, protagonizada por viejos conocidos del público de la Quinta Vergara que no quisieron ausentarse en las bodas de oro del Festival de Viña del Mar.