La "maldición" de "Rigoletto" ha rondado al "perfecto" montaje del Real

AGENCIA EFE 27/05/2009 14:54

Primero fue Juan Diego Flórez el que les comunicó que, tras haber debutado en el papel, prefería no cantar durante un tiempo el rol del duque de Mantua; luego fueron sus compañeros de terna, los tenores Francesco Meli y Fabio Sartori, los que causaron baja al enfermar.

El resultado es que cinco días antes de empezar los ensayos de "Rigoletto" con los solistas no había ningún "duque de Mantua" de los tres repartos preparados para sus dieciocho funciones, ya que José Bros también había anunciado que se incorporaría unos días después.

Pero ahí no acabó el "gafe", según la descripción que ha hecho hoy el director artístico del Real, Antonio del Moral. La soprano Inva Mula, que iba a cantar el papel de Gilda junto con Mariola Cantarero y Cinzia Forte, también se puso enferma, y éste es un montaje en el que, por cuestiones de seguridad de movimientos de la plataforma hidráulica que hace la "magia" en el escenario, es imprescindible ensayar para poder cantar.

"Esta es la producción más complicada que hemos hecho desde que llegamos al Real. Hemos trabajado con mucha incertidumbre y nunca creí que iba a llegar a buen puerto", ha admitido del Moral.

La solución era muy complicada. Estuvieron buscando cantantes "por medio mundo", pero una de esas "carambolas" que se dan de vez en cuando les permitió llegar al día previsto, el 2 de mayo, con el elenco completo: Roberto Aronica y el español Celso Albelo serán los otros "duques de Mantua" que se turnarán con Bros, y Patricia Ciofi, la tercera "Gilda".

Además, en ese intervalo, el director musical, Roberto Abbado -sobrino de Claudio Abbado-, se rompió el tendón de Aquiles y tuvo que incorporarse dos semanas después de lo previsto.

"Cada día le comunicaba a Monique -Wagemakers, la directora de escena- alguna desgracia. No habíamos vivido nunca una situación de tal estrés en el Real", comenta resignado Del Moral, que ha asegurado en medio de las risas del director general, Miguel Muñiz, y las de Abbado y Wagemakers que, a pesar de todo, él es "como los toros de Parladé": se crece en banderillas.

Por eso está convencido de que con este montaje de una de las óperas más populares y queridas por el público -la del aria la "Donna è mobile", representada en España 379 veces, y para la que ya sólo quedan unas mil localidades- "hará historia".

Abbado, aún con muletas, opina que esta ópera "perfecta" por su estructura y expresividad, con una dramaturgia simple y eficaz construida sobre dúos en los que se establecen las relaciones entre los personajes, es tan popular por su "música bellísima" y por la lógica de un libreto escrito por Francesco Maria Piave a partir de "Le roi s'amuse" de Víctor Hugo.

Wagemakers ha repetido para esta coproducción del Real con el Liceo el "concepto" escénico del que hizo para la Ópera de Amsterdam, en 2004, es decir líneas sencillas y simples que dan a cada uno de los cantantes "su sitio" interpretativo y al público la oportunidad de "escuchar" con los ojos.

El entorno es como una prisión en la que el poderoso duque de Mantua despliega "todo lo que quiere ser"; Rigoletto su "doble personalidad" de padre y bufón; y su hija, Gilda, víctima de la maldición que se cierne sobre él, expresa su falta de identidad por el encierro físico y emocional al que la somete su progenitor.

En esta primera ópera de la llamada "trilogía popular" de Verdi -a la que seguirían "La traviata" e "Il trovatore"-, el coro del Real será sustituido por 34 componentes masculinos del Coro Intermezzo, guías de la "corriente de crueldad" que fluye por la obra.

Concha Barrigós