La obra se desarrolla un día de agosto de 1912, durante la estancia veraniega de James Tyrone, célebre actor de teatro (interpretado por Mario Gas), su espona (Vicky Peña) y sus dos hijos: Jamie Tyrone (en cuya piel se mete el actor Alberto Iglesias) y Edmund Tyrone (Juan Díaz).
La jornada comienza como un agradable día de verano junto a la costa, pero poco a poco se convierte en una situación incómoda y desagradable, a medida que salen a la luz los demonios familiares de estas cuatro personas, condenadas a vivir juntas.
Según ha indicado el director este martes durante la presentación, se trata de una obra que captura "la esencia de la palabra de O'Neill" y en la que todo se ha hecho "al servicio de la palabra". Además, se ha respetado la época en la que el autor desarrolló la obra, escrita en la década de los años 40.
La adaptación realizada por Ortiz de Gondra también se ha realizado "día a día" con los actores, tal y como ha señalado el director. Además, se ha modificado la duración: de tres horas y 45 minutos ha pasado a dos horas y 50 minutos.
VIGENCIA DEL TEXTO
Respecto a la vigencia del texto, la actriz Vicky Peña ha indicado, en declaraciones a los medios, que el gran teatro tiene unos temas que aunque no tengan actualidad de primera página el protagonista es el ser humano, y el ser humano sigue siendo el mismo desde hace muchos años.
"Las pasiones y los sentimientos que mueven a los hombres son los mismos. La esencia del teatro continúa siendo la misma, el tipo de problemas tienen la misma verdad", ha dicho.
La actriz admite que en los primeros ensayos había días en los que no se sentía tan cómoda, pero afirma que ahora se encuentra bien con su personaje, que cree que experimentará una "evolución" durante las próximas funciones. "Es muy seductor, está lleno de dificultades y es muy complejo", ha dicho.
Vicky Peña ha señalado que tiene ganas de hacer cosas "más ligeras" y admite que le apetecería "muchísimo" hacer alguna pieza "más divertida, de risa, de comedia". Sin embargo, precisa que cuando le ponen "delante de la cara una obra tan magnífica y un personaje tan rico como este no se puede decir que no a una oportunidad así".
Mario Gas ha recordado que Alberto González Vergel estrenó este texto en España a comienzos de los años 60 y desde entonces se ha representado en cuatro ocasiones. En este sentido, indica que él siempre quiso dirigirla, pero no fue "rápido".
Para Gas, las tablas son un "lugar conocido", en el que "desde la intranquilidad" se siente "seguro". A pesar de haber dedicado su atención a la dirección del Teatro Español durante cerca de ocho años, señala que "nunca", ha dejado de ser actor.
"Solo lo he postergado por necesidad de dirigir. Desde que dejé el Español tengo ganas de seguir dándole las tablas. Siempre estoy buscado hueco para interpretar, desde mi más tierna infancia me ha interesado mucho", destaca.