Pamuk dice que defenderá la libertad de expresión hasta el fin, en Turquía o donde sea

AGENCIA EFE 10/05/2009 00:00

Pamuk llenó el Teatro Isabel La Católica de Granada, a pesar de que la lluvia obligó a cambiar el lugar elegido en principio -el palacio de Carlos V- para su diálogo con Peter Florence, director del "Hay Festival", y a posponerlo una hora .

El escritor suele dedicar "el 95 por ciento" de su tiempo a la literatura, pero lo poco que habla de política, "por desgracia", tiene como consecuencia que su faceta literaria "quede en segundo plano". Por eso, debe tener cuidado con lo que dice.

Comprometido con la realidad de su país, Orhan Pamuk responsabilizó en 2005 al Gobierno turco de la masacre de un millón de armenios de 1915, y fue acusado de traición a la patria, aunque luego el juicio no llegó a celebrarse.

Pasa temporadas fuera de su país, pero no se considera "un exiliado", y de hecho, ha venido "directamente de Turquía hasta Granada" en avión, para participar en este gran encuentro cultural que es el "Hay Festival",

"En parte por la fama del Premio Nobel y en parte por la presión política, lo pasé mal durante un tiempo, pero no quiero dramatizar esto. Y, sobre todo, no quiero que este asunto sea más importante que mi actividad literaria. Eso es fundamental", aseguró el autor de novelas como "El libro negro", "Me llamo Rojo" o "Nieve".

Además, él no es "el único que defiende la democracia" en su país, la libertad de expresión o los derechos humanos. "Hay mucha más gente que lo hace de manera más valiente que yo".

Si su compromiso con la libertad de expresión salió a relucir en el turno de preguntas de los asistentes, con Peter Florence, que definió a Pamuk como "uno de los novelistas vivos más importantes", habló de su obra literaria y de lo que supone para él escribir en turco, una lengua que "es todo" para él, forma parte de su cuerpo y de sus sueños.

"Soy un escritor; estoy metido dentro de la lengua turca, y seré enterrado en ella". "Estoy feliz en ella; soy yo mismo", aseguraba Pamuk.

El escritor argentino Jorge Luis Borges, "un metafísico de la ficción", tuvo "una gran influencia" en Pamuk, como también la tuvieron en los ochenta García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar, Carpentier o Rulfo, contaba este novelista, que quiso "ser pintor entre los siete y los 22 años", antes de dedicarse de lleno a la narrativa.

Haber ganado el Premio Nobel le quita tranquilidad para escribir, y más en un país, como Turquía, donde "no hay muchas figuras reconocidas internacionalmente". Pero no quiere quejarse, "sería deshonesto hacerlo, porque hay mucha gente que desea ser famosa".

"La ficción tiene, gracias a Dios, capacidades medicinales, y cuando estoy en una situación desagradable, la única escapatoria es evadirme escribiendo ficción", subrayó Pamuk.