Mucho sexo, pocas novedades en el FICEB

REBECA DE LAS HERAS PONCE 28/06/2008 06:58

La primera premisa negativa, su localización. El lugar elegido, fuera de la capital, a las afueras de Fuenlabrada, de Gobierno socialista, ya supone un primer esfuerzo para los visitantes.

A pesar de los factores adversos, como el partido de España contra Rusia, los dueños de stands y asiduos al festival estiman que la afluencia al FICEB madrileño supone un tercio del logrado en Barcelona.

Los visitantes, mayoritariamente hombres jóvenes junto con alguna pareja, acuden a la sala multiusos Fabrik en busca de sexo en vivo por los 20 euros que cuesta la entrada.

Cámaras de fotos y vídeo se agolpan frente a los escenarios donde el sexo es porno poco imaginativo. El atractivo de la participación del público en los shows es otra llamada al público que se ha acercado a Fuenlabrada.

Además, la feria está atrayendo a más consumidores finales que a mayoristas de la industria y productores de la cultura del sexo. Así lo reconoce Dina Hoermecke, responsable del proyecto 'La maleta roja' que acude a esta feria desde hace tres años.

En Barcelona, al margen de contar con más espacio se creaba un encuentro entre compradores y vendedores de artículos y productores dedicados al sexo. "Aquí sólo hay consumidores directos".

'La maleta roja'

Es un proyecto alejado del "mundo de fantasía, de tetas de silicona bajo el prisma del hombre" que embriaga el FICEB. La iniciativa intenta educar en el erotismo de las mujeres. Más allá de la moral la 'empresa' pretende paliar la ignorancia del propio cuerpo y acabar con la repartición: hombre, poder; mujer comprar del estatus social que se atribuye al sexo según Hoermecke.

La educación es la base fundamental para este proyecto que se encarga también de la venta de 'accesorios para la cama' como en reuniones de tappersex.