El artículo más caro de la venta fue un collar de diamantes que, valorado entre 500.000 y 700.000 dólares, un coleccionista privado adquirió finalmente por 698.500 dólares.
Entre las piezas más destacadas también se encontraba un diamante de 13,98 quilates engarzado en un anillo, que se vendió en 482.500 dólares.
En un principio, la casa británica había valorado esa pieza entre 450.000 y 500.000 dólares.
Otro anillo con un diamante de 10,51 quilates consiguió una puja final de 338.500 dólares, por encima del valor previsto, que oscilaba entre los 275.000 y los 325.000 dólares.
Asimismo, un brazalete de diamantes de 30 quilates de la firma francesa Cartier, cuyo valor se calculaba entre 70.000 y 90.000 dólares, superó todas las espectativas y alcanzó un precio de martillo de 230.500 dólares.
Entre los cerca de 400 artículos de la subasta, destacaba un anillo con un diamante rectangular de 8,24 quilates enmarcado por diamantes rosados y valorado en más de 2,5 millones de dólares.
Esta exclusiva pieza, junto a otra sortija con un diamante de 15,40 quilates -valorado entre 1 millón y 1,5 millones de dólares- se retiraron de la venta momentos antes de que comenzara el acto por motivos que la empresa británica no detalló.