'Sueños de tinta y celuloide', de David Felipe Arranz, desvela las conexiones entre la literatura y el cine

EUROPA PRESS 16/06/2015 17:37

Arranz expone, en una entrevista concedida a Europa Press, que la literatura y el cine son artes estrechamente vinculados porque "el mecanismo de la recepción de la ficción es el mismo en ambos casos". En este sentido, el autor asegura que ha dado una explicación a través de un concepto "muy bonito", el de "la suspensión de la incredulidad".

Así, explica que se trata de un mecanismo "psicológico, involuntario y natural" que consiste en "hacer un pacto de la ficción" mediante el que "las historias ajenas y no vividas" se "imprimen" en la memoria y el entendimiento. Asimismo, afirma que se trata de un sentimiento que guarda relación con "la empatía y con la niñez". Por ello, considera que "no lo tienen todas las personas" ya que "los primeros años de la vida de un niño son fundamentales para entrar en el juego de la ficción".

Pese a la afirmación de Arranz de que el mecanismo de recepción sea el mismo en ambas artes, el escritor también señala que las condiciones son diferentes. En este punto, relata que una de estas diferencias es "la recepción en conjunto" y "la influencia del espectador sobre tu propia experiencia" en el caso del cine, fenómeno que en la literatura no está presente ya que se trata de "una experiencia individual".

Para el autor, la obra literaria suele ser "más rica" que su respectiva adaptación cinematográfica por diversas razones. Concretamente, apunta que una de ellas es que "el cine resuelve el problema del tiempo", condición que provoca esa pérdida de "significados y significantes" presentes en una obra literaria. "En el cine todo es más mostrativo, explícito, rápido, contundente", ha expresado.

Sin embargo, también ha señalado que "hay casos en los que la obra cinéfila y la literaria se enriquecen mutuamente, como sucede con 'El nombre de la rosa". En esos casos, según ha afirmado, que tomaría "el cine como aliciente para ir a la literatura".

A su juicio, las obras que mejor plasman el paso de la palabra al mundo de la gran pantalla son 'El hombre que pudo reinar' (John Huston, 1975), basada en un relato de Rudyard Kipling; 'Don Quijote' (Grigori Kozintsev, 1957), adaptación de la obra célebre de Miguel de Cervantes; y 'Cyrano de Bergerac' (Jean-Paul Rappeneau, 1990), adaptación de la obra homónima de Edmond Rostand, a su vez basada en las cartas de amor que escribió el propio Cyrano de Bergerac en el siglo XVII.

David Felipe Arranz (Valladolid, 1975) es licenciado en Filología hispánica y Teoría de la literatura y literatura comparada por la Universidad de Valladolid y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid, donde imparte clases de la carrera de Periodismo. Escribe habitualmente en medios como 'El Huffington Post', 'El Imparcial' y 'Periodista digital', y es autor de varios libros y artículos sobre cine, literatura, periodismo, análisis del discurso y teoría de la recepción.