Torner asegura que las exposiciones como la de Bacon en el Prado "son confusas para la gente"

EFE 27/02/2009 17:10

Pintor, escultor, académico, Torner hizo estas declaraciones durante una entrevista a Efe con motivo de la exposición en la que la Galería Atalaya de Palma de Mallorca exhibe sus últimas obras.

Asesor artístico de la Fundación March durante treinta años, Torner promovió la exposición que esta institución dedicó a Bacon en 1978. "Le conocí bien, era un hombre muy gentil. Estuvimos cenando y acabamos dándonos abrazos, parte por amistad y parte por el vodka que habíamos bebido".

Recuerda que el sabía poco inglés pero había mucha afinidad entre ambos, "quizá porque aunque muy diferentes, los dos éramos pintores", y sobre su presencia en el Museo Prado cree que la gente se pregunta ¿qué tal Bacon en el Prado?, "cuando habría que preguntar ¿qué te parecen los Velázquez del Prado?".

El museo "tiene cuadros de sobra y si quiere ir cambiando, que lo haga con lo que tiene guardado, con lo que podría hacer exposiciones sin necesidad de traer a Cy Twombly o a Bacon, a los que me encanta contemplar, pero en otros sitios".

Durante sus declaraciones, Torner consideró que "da la sensación de que no les importa demasiado la colección, que es de las mejores del mundo, si no la mejor. Si les importa, cómo no les va a importar, pero no lo parece".

En cuanto a su exposición en la Galería Atalaya, afirmó que está formada por 72 obras, algunas del pasado año y otras de 1995, que tienen la misma línea. "No podía hacer una exposición antológica ni muy amplia ya que el grueso de mi obra lo doné al Estado y se encuentra en el Museo Reina Sofía".

En su variada y extensa trayectoria artística su línea ha dado "muchas vueltas, curvas, rectas, porque yo nunca he hecho un salto, ni siquiera de la figuración a la abstracción. Yo llegue a la abstracción no por Picasso sino por Alberto Durero", afirmó el artista en referencia a que las obras expuestas "son variantes del mismo tema. Unas en color y otras en blanco y negro".

Para él, sus últimas obras no son un final "sino un anteprincipio, si esa palabra es posible. Es como el balbuceo de los niños que tiene una sonoridad parecida a las palabras pero no dicen nada, e incluso creo que no saben ni siquiera qué quieren decir. Conforme se hace uno mayor, te vas dando cuenta de que cada vez sabes menos".

En ese balbuceo "quieres explicar las cosas, pero te das cuenta que no sabes. Haces una cosa parecida a un lenguaje, que no es similar a ninguno pero ya tiene algo del lenguaje. En estas obras todos los elementos están en paralelo, eso muestra ya un deseo de orden".

También las manchas, caracteres o letroides- que se parecen a letras pero no los son- tienen similitudes, hay grandes, pequeños, ritmos, interrupciones, vacíos, llenos, pintura jugosa, seca. "Si eres honrado, te das cuenta de que no hay que poner adornos para decir que no sabes nada".

El artista es el impulsor del "Espacio Torner" que abrió sus puertas en el año 2005 en la iglesia gótica de San Pablo en Cuenca, ciudad en la que nació en 1925, donde se exhiben de forma permanente una selección de pinturas y esculturas significativas dentro de su obra.

Parte de las obras pertenecen al Museo Reina Sofía, donde llegaron gracias a la donación al Estado de más de 600 piezas. De estas, "creo que tienen expuestas 3 o 4. Si hay gente que cree que mi obra es buena y la coloca, maravilloso, y sino, por lo menos, la tendrán bien conservada. Luego, a lo mejor, llega otro y piensa es una maravilla".

Reconoce irónicamente que él no es marketing: "Y como me dijo una vez un crítico de arte importante, Gustavo no caes en la cuenta que el arte en la actualidad no es más que marketing, marketing, marketing".

Integrante, con Fernando Zobel y Gerardo Rueda de la llamada "escuela conquense", reconoce que no entiende demasiado el arte actual. "Pero tampoco lo veo demasiado, no tengo tiempo", señaló Torner, que a lo largo de su trayectoria artística ha hecho de todo. "Se hacen muchas cosas cuando se trabaja mucho y uno va durando".