Tortell Poltrona y su Circ Cric visitan por primera vez Madrid

EFE 20/02/2009 13:54

"Estamos enamorados de los bípedos emocionales", ha señalado hoy Jaume Mateu, nacido en Barcelona en 1955 y que en 1979 construyó su personaje circense, Tortell Poltrona, un clown que, dos años después, se convertiría en el alma de una compañía circense que toma su nombre de darle la vuelta a la palabra circ (circo en catalán).

El pintor Joan Miró y el poeta Joan Brossa fueron algunos de sus espectadores asiduos en sus inicios, cuando la compañía estaba formada por unos veinteañeros que decidieron reinventar el circo de forma autodidacta, primero en las calles y otros espacios escénicos y más tarde con su propia carpa, con la que comenzaron a recorrer Cataluña en 1981.

Circ Cric se disolvió un año después. "Nos arruinamos, estuvimos diez años pagando deudas e intentando rehacernos", ha explicado hoy Montserrat Trías, compañera de Tortell Poltrona, quien los años siguientes emprendió varios espectáculos con compañía, con alguno de los cuales visitó Madrid en 1989.

En 1995 crearon en Sant Esteve de Palautordera, en el Parque Nacional de Montseny, un Centro de Búsqueda de las Artes del Circo, desde donde, en el 2002, decidieron volver a tener una carpa y a hacer giras.

En esta época estuvieron cerca de actuar en Madrid pero, cuando estaban a punto de entrar en la ciudad para establecerse, su caravana de 50 vehículos tuvo que darse la vuelta, ya que Atocha, que iba a ser su sede, se había convertido ese día, el 11-M de marzo del 2004, en el escenario de la tragedia terrorista más grande vivida en España.

Tres años después decidieron que lo suyo "no eran las batallas legales" y "los calvarios administrativos" por los que pasan los circos itinerantes en un país que "define al circo más como una feria que como una cultura, como un arte", algo que Circ Cric reivindica.

Fue así como crearon dentro de su sede un circo estable, que ahora viaja al Teatro Price de Madrid con un espectáculo en el que participan veinte personas y en el que Tortell Poltrona hará sus números más emblemáticos.

Números de cuerda, de acrobacia, de malabarismos, de cuadrante aéreo, de barra fija y de trapecio, y sobre todo de payasos que reivindican perder la vergüenza y el miedo a equivocarse, desfilarán por un espectáculo en el que la música en directo, compuesta por Víctor Ammann -un histórico de la rumba catalana- ejerce de hilo conductor.

El Circ Cric, que estará en el Teatro Circo Price del 4 al 22 de marzo, realizará una función, la del 11 de marzo, a beneficio de Payasos sin Fronteras, una organización que Tortell Poltrona fundó en 1992, cuando actuó por primera vez en un campo de refugiados de la antigua Yugoslavia y pudo comprobar cómo el circo aliviaba "tanto sufrimiento".

Payasos sin Fronteras tiene hoy unos 12.000 socios en España y una red de quinientos artistas que, sólo el año pasado, han sido capaces de llevar la risa, "el medio de comunicación más rápido", según lo define Jaume Mateu, a 130.000 espectadores en las 358 actuaciones que hicieron en distintas zonas en guerra.