En la década de los 80, Geimer se marchó a Hawai, donde se casó y crió a sus tres hijos lejos del tumulto causado por su relación con Polanski, según publica el diario británico Telegraph.
En numerosas ocasiones la mujer ha presentado ante la Justicia de EEUU solicitudes para archivar la causa abierta contra el cineasta, ya que la insistencia con la que los tribunales exigían el retorno de Polanski a EEUU era "una broma de mal gusto" cuya principal perjudicada era ella misma.
"He sobrevivido, he superado incluso y he curado todas las heridas que pudo provocarme Polanski cuando era una niña", ha explicado la mujer.
En el momento de los hechos, Samantha era una menor de 13 años. Según relató la propia Geimer ante un jurado, en 1977 Roman Polanski la invitó a hacer una sesión de fotos en la mansión del actor Jack Nicholson situada en el barrio de Hollywood Hills.
Según su testimonio, el director de cine le ofreció champán y drogas y le tomó fotos desnuda en el baño de la vivienda. Tras ello, Polanski la forzó a tener relaciones sexuales.
"Yo decía 'no, no. No quiero ir. No quiero hacerlo. No'", contó la propia Geimer en una entrevista de 2003.
"Estábamos solos y no sabía lo que pasaría. Pero tras haber resistido, pensé, que tendría volver a casa después de esto", agregó la mujer.
El domingo, el cineasta franco-polaco Roman Polanski fue detenido en Suiza por el proceso abierto contra él por las autoridades estadounidenses hace 30 años por mantener relaciones sexuales con una menor. EPF