Víctor Amela: "Me interesa la tragedia de la persona que lucha contra el tiempo"

EUROPA PRESS 02/03/2016 11:57

La novela está protagonizada por Tomàs Penarrocha, conocido como El Groc de Forcall, que vuelve a su localidad para defender los ideales carlinos a los Ports de Morells y el Maestrat, reencontrándose con su fiel colaboradora, su hija Manuela.

Como adalid carlista, su personaje lucha por un mundo como el de sus antepasados basado en la religión y las costumbres, oponiéndose al liberalismo, el capitalismo e incluso a que exista el dinero: "Quiere que las costumbres regulen la vida de la gente, y no los nuevos políticos".

Sin embargo, la novela no es una crítica ideológica, sino la constatación de cómo la pasión por defender unas ideas puede arrastrar la vida de una familia y una comarca entera: "Me interesa el drama y la tragedia de la persona que lucha contra el tiempo, las causas perdidas y que no quiere dar el brazo a torcer".

"¿POR QUÉ IR A MORIR A SIRIA?"

"Cuando te encuentras con un chico que decide ir a morir a Siria, ¿por qué lo hace?", ha planteado Amela, fascinado por la idea de una persona que es capaz de dejarlo todo por no sé sabe qué.

El autor repregunta: "¿Seguro que no sabe que es mentira? ¿No se da cuenta está persona que está abocada a morir? Esto me admira, me asombra y me asusta", ha explicado.

Precisamente, dibuja al protagonista como un hombre tenaz y con determinación pero que también inspira miedo porque está dispuesto a matar e incluso a hacer al resto del pueblo a bailar y cantar sobre un cadáver: "Es inquietante. No es muy diferente de los que degüellan a un periodista secuestrado".

Esta ambivalencia es la que hace que El Groc sea visto como un valiente guerrillero, incluso un Robin Hood que daba dinero a sus conciudadanos, a la vez que un bandolero sanguinario y cruel, "prácticamente un asesino psicótico".

"En Forcall están encantados de tener visibilidad literaria y pasar a ser una especie de Macondo, un pueblo que tiene novelas", ha explicado Amela, feliz de haber exportado a la literatura en catalán, castellano y francés un héroe local del que hasta ahora solamente se hablaba en familia.

"El personaje me cautivó y me fascinó porque, siendo tan humilde, acaba encarnando el drama de un gran héroe, una persona arrastrada a dejarlo todo por unos ideales condenados al fracaso", ha explicado Amela.

UN MANUSCRITO

Amela ha podido recrear fielmente la historia de El Groc gracias al hallazgo del manuscrito escrito en la cárcel por el yerno de este personaje, documento que ha rellenado literariamente con su imaginación y pinceladas de emociones de toda índole.

El amor paterno-filial polariza en gran medida el capítulo emocional de la novela de la mano de su incondicional hija Manuela, mientras que el amor de su mujer, tambaleante en algún pasaje, también tiene un espacio: "Es la mujer pragmática que intenta llevar una vida normal".

La vertiente más personal llega, sin embargo, de la mano del personaje Pep Lo Bo, con el que Amela ha dibujado un vínculo genealógico --es su bisabuelo ficcionado-- a partir del hallazgo en casa de sus padres de un daguerrotipo de este y de descubrir que Lo Bo fue contemporáneo a El Groc.

Como próximos proyectos Amela asegura no tener por ahora ninguno en mente, aunque apunta: "Me gustaría que este verano me pasara algo, tengo que hacer algún viaje, tengo que romper con la rutina de mi mundo conocido y que me pase algo diferente".