Brooke Crain se estrella con su BMX
No ganan millones, ni sus patrocinadores los miman como a otros deportistas que conocemos de sobra. Llevan cuatro años entrenando para la cita más importante de un atleta, alcanzar la cima olímpica y dejar inscrito para siempre su nombre en el título imperecedero de campeón. Sin embargo, un resbalón, un gesto no previsto, una lesión o simplemente un mal día puede arruinar todo el esfuerzo. Eso reflejan estas imágenes: lágrimas y no precisamente de alegría. A ellos no les harán entrevistas, ni tendrán portadas de revista, no les colgaran una medalla al cuello, porque no han ganado. Estos de las fotos no recibirán aplausos y tendrán que contentarse con el abrazo de quiénes los quieren de verdad, sin importarles el brillo efímero de la victoria, sino solo el esfuerzo.El mongol Munkh-Erdene Uranchimeg deja fuera de combate al ucraniano Denys Berinchyk
No ganan millones, ni sus patrocinadores los miman como a otros deportistas que conocemos de sobra. Llevan cuatro años entrenando para la cita más importante de un atleta, alcanzar la cima olímpica y dejar inscrito para siempre su nombre en el título imperecedero de campeón. Sin embargo, un resbalón, un gesto no previsto, una lesión o simplemente un mal día puede arruinar todo el esfuerzo. Eso reflejan estas imágenes: lágrimas y no precisamente de alegría. A ellos no les harán entrevistas, ni tendrán portadas de revista, no les colgaran una medalla al cuello, porque no han ganado. Estos de las fotos no recibirán aplausos y tendrán que contentarse con el abrazo de quiénes los quieren de verdad, sin importarles el brillo efímero de la victoria, sino solo el esfuerzo.Leevan Sands se lesiona gravemente la rodilla en la final de triple salto
No ganan millones, ni sus patrocinadores los miman como a otros deportistas que conocemos de sobra. Llevan cuatro años entrenando para la cita más importante de un atleta, alcanzar la cima olímpica y dejar inscrito para siempre su nombre en el título imperecedero de campeón. Sin embargo, un resbalón, un gesto no previsto, una lesión o simplemente un mal día puede arruinar todo el esfuerzo. Eso reflejan estas imágenes: lágrimas y no precisamente de alegría. A ellos no les harán entrevistas, ni tendrán portadas de revista, no les colgaran una medalla al cuello, porque no han ganado. Estos de las fotos no recibirán aplausos y tendrán que contentarse con el abrazo de quiénes los quieren de verdad, sin importarles el brillo efímero de la victoria, sino solo el esfuerzo.El levantador alemán Matthias Steiner, agobiado por 200 kilos
No ganan millones, ni sus patrocinadores los miman como a otros deportistas que conocemos de sobra. Llevan cuatro años entrenando para la cita más importante de un atleta, alcanzar la cima olímpica y dejar inscrito para siempre su nombre en el título imperecedero de campeón. Sin embargo, un resbalón, un gesto no previsto, una lesión o simplemente un mal día puede arruinar todo el esfuerzo. Eso reflejan estas imágenes: lágrimas y no precisamente de alegría. A ellos no les harán entrevistas, ni tendrán portadas de revista, no les colgaran una medalla al cuello, porque no han ganado. Estos de las fotos no recibirán aplausos y tendrán que contentarse con el abrazo de quiénes los quieren de verdad, sin importarles el brillo efímero de la victoria, sino solo el esfuerzo.La etíope Genzebe Dibaba se lesiona y queda última en los 1.500 metros
No ganan millones, ni sus patrocinadores los miman como a otros deportistas que conocemos de sobra. Llevan cuatro años entrenando para la cita más importante de un atleta, alcanzar la cima olímpica y dejar inscrito para siempre su nombre en el título imperecedero de campeón. Sin embargo, un resbalón, un gesto no previsto, una lesión o simplemente un mal día puede arruinar todo el esfuerzo. Eso reflejan estas imágenes: lágrimas y no precisamente de alegría. A ellos no les harán entrevistas, ni tendrán portadas de revista, no les colgaran una medalla al cuello, porque no han ganado. Estos de las fotos no recibirán aplausos y tendrán que contentarse con el abrazo de quiénes los quieren de verdad, sin importarles el brillo efímero de la victoria, sino solo el esfuerzo.El tropezón de Liu Xiang lo deja fuera de los Juegos
No ganan millones, ni sus patrocinadores los miman como a otros deportistas que conocemos de sobra. Llevan cuatro años entrenando para la cita más importante de un atleta, alcanzar la cima olímpica y dejar inscrito para siempre su nombre en el título imperecedero de campeón. Sin embargo, un resbalón, un gesto no previsto, una lesión o simplemente un mal día puede arruinar todo el esfuerzo. Eso reflejan estas imágenes: lágrimas y no precisamente de alegría. A ellos no les harán entrevistas, ni tendrán portadas de revista, no les colgaran una medalla al cuello, porque no han ganado. Estos de las fotos no recibirán aplausos y tendrán que contentarse con el abrazo de quiénes los quieren de verdad, sin importarles el brillo efímero de la victoria, sino solo el esfuerzo.El alemán Stephan Feck, el peor salto desde el trampolín de 3 metros
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No ganan millones, ni sus patrocinadores los miman como a otros deportistas que conocemos de sobra. Llevan cuatro años entrenando para la cita más importante de un atleta, alcanzar la cima olímpica y dejar inscrito para siempre su nombre en el título imperecedero de campeón. Sin embargo, un resbalón, un gesto no previsto, una lesión o simplemente un mal día puede arruinar todo el esfuerzo. Eso reflejan estas imágenes: lágrimas y no precisamente de alegría. A ellos no les harán entrevistas, ni tendrán portadas de revista, no les colgaran una medalla al cuello, porque no han ganado. Estos de las fotos no recibirán aplausos y tendrán que contentarse con el abrazo de quiénes los quieren de verdad, sin importarles el brillo efímero de la victoria, sino solo el esfuerzo.El doloroso adiós de Yulis Mercedes de los Juegos Olímpicos
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