Aún tocados por la derrota en cuartos de final ante Rusia, España necesitó tiempo para entrar en el partido (16-25, en el primer cuarto). Sin embargo, en el segundo acto llegaron los mejores minutos de los españoles, más atentos a los robos y rápidos en ataque (37-30).
El partido estaba muy igualado y parecía condenado a un final de infarto. Sin embargo, en esta ocasión los de Jesús Sala no acusaron los nervios y manejaron con serenidad los momentos clave. En el arranque del último cuarto, España llegó a tener una máxima de once puntos (60-49).
Italia se puso entonces a trabajar bien en defensa y a controlar el rebote para llegar a reducir esa ventaja, pero nuevamente España reaccionó para sellar la victoria.